viernes, 27 de noviembre de 2020

Clarita

 




Mi pequeña Clarita

al final de tu sino

decidiste quedarte

en tu terruño amado,

que es mi mismo terruño

y tuve con mis manos

e irresistible llanto,

que anidarte en el suelo

rodeada por las fresas.

 

Y hoy que yo he regresado

al habitad que juntos

el amor compartíamos,

mis palmas sin caricias

a tus rulos pequeños,

han dejado mis sueños

por siempre sin tu afecto.

 

Mi corazón dolido

me recuerda la imagen

de tu débil figura

con sus graciosos giros

festejando mi encuentro,

y así caigo en la cuenta

que tu fiel compañía

he perdido por siempre.



 

Veo risas de niñas

y tu piel perfumada

por el baño deseado

comunión de ternura

asociada a sus juegos

que eran tus mismos juegos.

 

 Y con tu gesto alegre,

te veo en esas tardes

del verano pasado

masticando maníes

debajo de la mesa,

jugueteando con Mirta,

cuando nos disponíamos

tomar una cerveza

en “Cervelar” de Ramos.

 

Siento tus ojos negros

clavados en los míos

y esa mirada dulce

expresando ternura

con tus sumisas poses

y tu gran simpatía.

Sé que lo que hoy nos duele

transmutara en recuerdos

del amor que nos diste

y un brote de alegría

podrá a esta mueca triste.



lunes, 23 de noviembre de 2020

Decimas del Septuagenario




 

 

 

Tal vez con algo de pena 

         y  casi sin darme cuenta              

 he llegado a los setenta

y esta larga cuarentena

similar a una cadena

apresa las alegrías

del festejo en compañía

con los parientes y amigos

en tiempo que mis postigos

se van cerrando día a día.

 

Mas en mi septuagenario

la privaré a la tristeza

de sentarse en nuestra mesa

con su gesto lapidario.

Bien o mal mi aniversario

me impone como recado

brindar por quienes he amado,

sentir que siguen estando.

Y los que hoy estoy amando

y siempre están a mi lado.

 

No quiero hablar de dolores                

ustedes se darán cuenta

si se llega a los setenta

el árbol da pocas flores.

No obstante, son los amores

que uno mantiene a su lado

el pétalo más preciado

de ternura incandescente

sueño ser adolescente

por sus caricias mimado.

 

En la mochila se anida

peso de los sinsabores

dolor por tantos amores

que dejaron una herida.

Mas al transcurrir la vida,

en luz de un amanecer

vi en el jardín florecer

un pimpollo de alegría

y con su amor cada día

despertar, es renacer.

 

Quiero el canto dedicar

a mi querido Pasteur

quien me acogiera al nacer

y es hoy mi mejor lugar.

Tal vez no tarde en llegar

a cortar mi enredadera

Átropos con su tijera

y me enseñoree en su velo

retornándome a este suelo

donde un noviembre naciera.

 

Dejo así mis espinelas

cual símbolo de festejo

no pensé llegar a viejo

y acumular tantas velas,

marcan los años estelas

y molduras en la piel

mas, no apocaron la miel

como sostén de energía

mi destino es la alegría

no me aparto de ese riel.

 

 

 

 

 

 

sábado, 21 de noviembre de 2020

He pintado mi casa


 

 

Con los colores pobres 

de la pintura al agua

he pintado mi casa

y en cada pincelada

me manché de nostalgia.

Nostalgia de colores

con que fueron cambiando

año a año,

pintada tras pintada,

paredes y esperanzas:

amarillo de trigos,

verdes primaverales,

celeste de amplio cielo

y rojo, de maduros frutales.

He pintado mi casa

y al pintarla,

he pintado mi alma

de colores hermosos,

colores de mi infancia,

colores de los pobres

de la pintura al agua.



sábado, 14 de noviembre de 2020

Amanecer del hombre

 



Enciende el sol
la circular bravura de su fragua
y aumentando la llama forjadora de luz
ha borrado las sombras.
En su canto primero, el gallo,
anunciando a la vista los colores
despierta la sangre sosegada.
Los pájaros presienten la belleza
y al calor de la aurora
descubren en sus alas
la libertad azulada y transparente
del infinito cielo.
Y comienza la vida:
El hortelano al riego,
el pescador al bote,
el campesino al agro.
Iguales esperanzas
en el semi-silencio de la brisa bucólica.
 
Y allá en las antípodas paisajísticas
de las zonas urbanas, allá,
donde el cemento ha acortado los días
y niega los colores de amaneceres rojos,
donde no canta el pájaro,
donde ha perdido el cielo su límpido celeste…
también despierta el hombre.
Allá sin horizontes
Y aquí, con el paisaje abierto a la mirada
es igual la esperanza:
señuelo de un presente esclavizante
que traslada al futuro senil
del sacrificio vano,
la cultural manera de andar
postergando los sueños día a día,
curtiéndose en dolores, negando rebeldías.
Así despierta el hombre 
cegado a la belleza,
así despierta el hombre
dispuesto en su porfía
y en pos de la esperanza
de hallar sus alegrías.


Rocío

  El rocío es el beso sensual de la noche para que las flores despierten en la aurora con el pistilo    abierto hacia el estambre y en su or...