jueves, 20 de diciembre de 2012

RICARDO PASSANO



El ppdo. 14 de diciembre al leer LaNacion.com, con gran tristeza nos enterábamos del fallecimiento de uno de los grandes artistas argentinos: Ricardo Passano. Esto decía el diario en uno de sus párrafos:  "Anteanoche, y como consecuencia de una larga enfermedad, se extinguió a los 90 años la vida de este hombre que volcó todo su talento al ponerse en la piel de decenas de personajes que lo recodarán a través de sus films y de memorables intervenciones escénicas"...

Transcribimos a continuación, parte de la entrevista que realizáramos a Ricardo Passano, en el mes de junio de 1995, para la revista “Raiz Nativa”, dirigida por  Carmela Saitta Morena, directora en ese entonces del INSTITUTO EDUCACIONAL ESTRADA de la ciudad de Villa Luzuriaga.




Ricardo Passano junto al poeta Héctor Higinio Picallo



¿Cómo es el comienzo de Ricardo Passano en la profesión?

RP: De muy chico, ya cuando tenía siete años, decía poesía. Tuve ese don natural que tenían los actores de antes, sin necesidad de concurrir a ninguna academia; condiciones naturales. Mi padre fue mi primer maestro y luego la vida, el observar y el gran gusto que tenía por actuar, por realizar imitaciones, etc.
A pesar de que mi padre no quería, insistí en seguir esta profesión, porque al decir poesía, veía como la gente me escuchaba con atención. Le asombraba que un chico de siete años tuviera ese temperamento.
A los doce años insistí con mi padre. El no quería que yo fuese actor, porque él había sufrido mucho, como se dice en buen criollo: “había corrido la liebre”. En esa época no había televisión, ni cine y el que perdía integrar un elenco se quedaba meses sin trabajar. Mi padre también se dedicaba a la caricatura, hacía caricatura en “Crítica”, “La Opinión”, “La Calle”; pero había pasado muchas penurias.
Resulta que yo tenía espuma adentro de mi alma y luché hasta el final. Un día se enfermó el actor joven, que era protagonista en el programa que tenía mi padre en radio El Mundo: La Isla de los Sueños y me llevó a mi un poco en apuros. Me dio el papel, empecé a leer y saqué todo lo que tenía adentro. Los muchachos de control de la radio le decían a mi papá: “Qué bueno el  pibe, de donde lo sacaste”, pero mi viejo no dijo que yo era su hijo.
Pasó el tiempo y tanto insistí, que mi madre me llevó a ver a Amelia Monte, una tía de ella que me dio unas líneas para Gloria Fernandís, gran actriz y directora que tenía un programa en radio  “Splendid”, que se llamaba Tarde de Vosotras y además dirigía la compañía de Nora Cullen y Guillermo Bataglia. Yo tenía quince años, recién me ponía los pantalones largos. Fui temblando, con mucho miedo a ver esa señora. Cuando Gloria leyó la carta me dijo: “vos sos hijo de Passano, por qué no me mando una carta tu padre que es íntimo amigo mío”. No le dije, mi papá no quiere que siga esta profesión, pero a mí me gusta de alma.
Me escuchó leer algunos libretos y le gustó como vocalizaba, como leía a primera vista, dando los matices, y me contrató. Entonces integré la compañía de Nora Cullen y Bataglia y otras compañías.

¿Cómo llega al cine por primera vez?

RP: Haciendo una audición de radio con público, al finalizar, un señor se me acercó y me pidió el teléfono, luego me enteré por Pedro Lagarde, que era el Dr. De Rico, dueño de la Lumintón.
Fue así como me citaron para la prueba de una película que en principio se iba a llamar Muchachos de Ahora, de Sixto Pondal Ríos y Carlos Olivares y después se llamó El Mejor Papá del Mundo. Mi personaje era un líder revolucionario, un estudiante que quería ir a la huelga caiga quien caiga, era un papel corto pero de mucha sustancia dramática y me daba la posibilidad de mostrar mi temperamento, un papel que me gustó mucho y gustó mucho a la gente. Tal es así que me atraparon y me hicieron contrato por dos años, en esa época el cine argentino comenzaba a copar toda Sudamérica. Esa fue mi primera película dirigida por Francisco Mugica. A pocos meses me llamaron para hacer Adolescencia,   con un papel más importante y sueldo mayor. Por mi primera película me habían pagado $200, por Adolescencia me pagaron $650 y me regalaron un traje; luego trabajé en Noche de Bodas y me pagaron $1.000 y me regalaron un smoking. En adolescencia trabajé junto a Mirtha Legrand y “Magañita”, Mirtha recién aparecía en “Los Martes Orquídeas”. En Noche de Bodas trabajé al lado de la reina de la comedia brillante: Paulina Singerman y también Enrique Serrano. Mientras trabajaba aprendía viéndolos a ellos, esa fue mi mejor academia.

¿ Qué otros recuerdos tiene del cine?

RP: Luego vuelvo a la radio y un día que estaba actuando, el director Raúl Gurruchaga me dice: “Passanito, están probando muchachos para una gran película, en San Miguel. Vaya a verlo a Peña Rodriguez de mi parte”. Estaban preparando “Juvenilla” (Versión de libro de Miguel Cané).
Fui a hacer esa prueba, no sabía todavía lo que era un maquillaje, me pusieron la ropa de época. Hice la prueba sin ilusiones porque había muchos actores y de mucha fama, sabía que era muy difícil lograr el papel protagonista, nada menos que hacer de Miguel Cané.
En ese tiempo no teníamos teléfono, al día siguiente un vecino me dice: “Ricardo te llaman de San Miguel”, el llamado era para decirme que la película la hacía yo. Me temblaron las piernas, porque hacer una película como protagonista en 1941, cuando el cine había dado el gran salto, era muy importante.
Hice la película y mantuve en mi mente los consejos de mi viejo, no marearme, ser siempre humilde, que es la condición más hermosa que tiene un actor, un ser humano. Nuestra profesión tiende mucho a la vanidad y mi viejo me sacudió las orejas y me hizo mucho bien, porque a través de toda la carrera, tuve siempre el mismo carácter y no me engolosiné con la fama, la supe aceptar y me di cuenta que como venía se iba, igual que las olas. Tenía en ese entonces diecinueve años.


Ricardo Passano y Lolita Torres



¿Qué le representó en su carrera profesional haber sido protagonista de Juvenilla?

RP: Hacer Juvenilla fue tocar el cielo con las manos. Mi padre después me vinculó a un representante que estuvo conmigo 30 años. Fue representante además de Amelia Bence, López Lagar, Alfredo Alcón y muchos más. Se llamaba Rodolfo Goicochea, era hijo de una gran actriz de carácter.
Después formé pareja con la número uno del cine argentino, que en ese momento era María Duval y al formar pareja con ella era colocado como estrella.
Fue entonces la locura, en ese tiempo recibía miles de cartas de chicas de las provincias que soñaban con el galán, que lo idealizaban, y yo contestaba esas cartas, porque mi padre me decía: “Ese es tu público y no lo debes dejar de lado”. Fueron años muy lindos porque pude ayudar a mi familia, a mis padres, a mi hermano Mario que después le despertó la vocación.

¿Recuerde brevemente como fue el inició de su hermano: Mario Passano?

RP: Yo lo llevaba siempre a trabajar de extra, lo iba metiendo de a poco. A los 19 años se enganchó en una compañía y se fue por Centroamérica, con Enrique de Rosas, que lo llevó para pegar decorados y al enfermarse algunos de los actores, lo probó y vio que tenía condiciones y cuando volvió después de dos años estaba formado como actor.
Entonces le pedí a mi representante que le diera una oportunidad a mi hermano, pero costaba mucho meterse en ese tiempo. Hasta que un día lo convenció a Demare, le gustó y Mario pegó el salto en “Los Isleros”, luego filmó con otros grandes directores.

Hablemos un poco de teatro

RP: La gran ilusión mía era el teatro porque quería demostrar que no era un invento de los productores, una carita que las chicas pedían su foto. Quería demostrar que era una verdad dentro de mi profesión. Yo sabía que en el teatro no iba a fallar.
Me presentaron varias oportunidades para debutar, pero como no me gustaba el papel, esperaba. Un día un señor bajito que era traductor de obras norteamericanas: Manuel Barberá; amigo de mi viejo, me dio una obra, la cual vine leyendo durante mi viaje hasta Ituzaingo. Me volví loco y dije ¡este es mi papel!. La obra era “ Mi querida Ruth” de Norman Kramer, dirigida por el director más grande que había, del conservatorio del Teatro Cervantes: Antonio Cunill Cabanellas y formaba pareja con Aída Luz. Ese debut fue triunfal, se llenaba todos los días  el teatro Empire y después siguieron los años de éxito;  pero yo soñaba con el papel dramático, quería hacer un personaje de encarnadura humana, que tuviera verdad, y me tocaron de arriba, porque me eligió, nada menos que quien fuera después mi gran maestro: Narciso Ibáñez Menta; me eligió para ser coprotagonista en “La Muerte de un Viajante” de Arthur Miller. Ese personaje me dio el espaldarazo, para que el público que me tenía en el concepto de un galancito simple, encontrara en la sangre, en la potencia dramática, un verdadero actor.




¿Qué diferencias existen, para un actor, entre el cine y el teatro?

RP: Es una diferencia enorme, en el cine el talento es el director; te corta, te mide, te cuida y sos grande si el director es talentoso, como el caso de Favio (Leonardo) por ejemplo.
En el teatro somos nosotros, levanta el telón y para bien o para mal es el actor. Como dice Victorio Gassman: “para bien o para mal el actor con sus tonos, su fuerza, su emoción”. El teatro es la verdad del actor. El cine es producto de la magia de la compaginación, de los cortes.

¿Cómo vive su vuelta al teatro con “Alma de Garrick”

RP: Es mi locura, en este momento estoy como un chico con un par de zapatos nuevos, muy ilusionado porque Alma de Garrick cuenta, como en un montaje cinematográfico, a partir de los doce años toda mi vida, con los sueños, con las alegrías, con las injusticias, con el amor entrañable con el teatro y el respeto y la ética por mi profesión inculcada por mi padre.
Lástima que llegó un poco tarde, porque tengo 73 años y me cuesta aguantar el ritmo de Garrick. Tengo la suerte de trabajar con dos alumnos, uno de ellos un brillante director: Daniel Zabala, quien me dirige, me cuida, me quita todos los defectos y Rita Rivera es una de mis alumnas destacadas, es quien lleva el guión, personifica la muerte, al principio cuando me quiere llevar y luego a la vida, después es la madre en La Muerte de un Viajante, etc.
Fabián Penno ha trabajado mucho en la organización y queremos llevarla a una sala de la capital para hacerla a beneficio de La Casa del Teatro y darle esa ayuda a mi compañera Iris Marga que lleva adelante esa tarea y al señor Juan Borrás que es el presidente de actores.

Para cerrar este balance de su vida y utilizando una frase popular: ¿Qué le ha quedado en el tintero a Ricardo Passano como actor?

RP: Algunos actores soñamos con el papel, el papel ese que Ud. Sabe…el Principe de Dinamarca, hacerlo completo me hubiera gustado, mi padre soñaba con que yo hiciera ese papel. Como actor me gustaría hacer “Hamlet” sería tocar el cielo con las manos, porque tiene todo: es payaso, grotesco, sentimental, irónico, tiene todas las facetas para que uno haga un gran papel. Pero igual me di el gusto de hacerlo, muy chiquito, en mi unipersonal y estoy muy contento.

Para finalizar, ¿cómo es su vida familiar?

RP: Yo tuve mucha suerte, soy un agradecido a la vida, no solamente en la parte artística sino en casarme con “Negrita” en el año 1950, cuando estaba haciendo “La Muerte de un Viajante”. Mi compañera que fue mi novia, compañera de toda la vida que amo profundamente, que me dio dos hijos. Luego vinieron 4 nietos, y soy feliz de tener a mi hermana Margot y mi hermano Mario; el cariño de mis alumnos que me ven, no solamente como profesor de teatro, sino como un hombre que los ha ayudado en la parte humana.


José Enrique Paredero
Héctor Higinio Picallo

jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Quiénes son los violentos?







Son los jóvenes que apedrearon la casa de Tucumán, hoy símbolo de la corrupción política y policial, del patoterismo oficialista y la connivencia  judicial.




Qué otra cosa se podía esperar después de semejante veredicto judicial. Parte de este pueblo considera que no hay otro recurso y ha quedado demostrado en la historia política de nuestro país  que siguen ocurriendo los mismos hechos violatorios todos los días  de nuestra existencia.

Señores periodistas de canales oficiales y opositores, la violencia la llevan a cabo los políticos, jueces e instituciones corruptas que actúan en connivencia con los sectores de poder para oprimir al pueblo, de tal manera, que en casos como el que nos ocupa, les roban sus hijos para entregarlos a  tratantes de personas en lugares regenteados por mafiosos que sustentan con dinero de su vil comercio, las cajas negras de esos políticos, policías y jueces. Ejercen una violencia atroz sin riesgos de ninguna índole, protegidos por patovicas o barras bravas y un sinnúmero de sicarios que los rodean, situación que podemos evidenciar cuando suben  a sus coches lujosos, pavoneándose en trajes impecables.

Esa es violencia señores periodistas, no confundan a la gente. Lo que ustedes hacen ver por violencia es la lucha incansable de jóvenes dispuestos en muchos casos a dar la vida, por conseguir los cambios en favor de la humanidad toda. Y si no pregúntense porque está preso José Pedraza y otros matones de la UF. Su costo fue muy alto: la sangre de Mariano Ferreyra (tal vez para ustedes otro violento). Pregúntense porque los maestros tienen mejores salarios hoy; tal vez tenga que ver en esto la sangre de CARLOS FUENTEALBA. Pregúntense, porque se tuvieron que ir del gobierno De La Rua, Cavallo y muchos de los que después volvieron, lavaron sus caras y son nuevos  gobiernos; ¿algo tuvieron que ver los 39 muertos de aquel nefasto diciembre de 2001?. Contemos todos los muertos de la historia argentina que cayeron de las filas que agrupan a quienes ustedes consideran los violentos. O acaso los cambios podrán darse pegando cartelitos en Facebook, muchos de ellos haciéndose eco de lo que dicen mercenarios amanuenses de los medios de comunicación, como el caso de Eduardo Feinmann


20 de diciembre de 2001



La violencia tiene una sola cara, no traten de engañarnos, lo que ustedes llaman violencia es la lucha por la esperanza y si la lucha se entabla de esta manera, es porque hay demasiados antecedentes para que nos demos cuenta que lo demás no ha servido para los cambios, que la justicia, hoy es una mentira, que quienes deberían protegernos nos golpean y nos asesinan, que quienes deberían velar por nuestros derechos, actúan en connivencia con los tratantes de personas y participan de las orgías que le ofrecen en sus prostíbulos, a veces con el privilegio de la carne virgen, que estos señores creen merecerse por la investidura que el sistema les pone, previo recordarle que los privilegios no se tocan... en todo caso algo se comparten.
Sentados frente a una computadora, de poco sirven nuestros manifiestos, este es otro medio que nos paraliza y todos creemos protestar con nuestros escritos, con nuestros carteles ingeniosos. Ellos se ríen de nosotros, nos tienen inmovilizados, somos eslabones del sistema de consumo que nos proponen. Por eso valoremos el coraje de estos muchachos que todos los días tratan de pensar, como oponerse, como hacer una lucha que tenga resultados en beneficio de los pueblos.
 ¿Acaso la violencia no  se sufre viajando todos los días en  los medios públicos?. Violencia es la desnutrición infantil, no tener un sistema de salud para todos. Violentos son los genocidas, pedófilos, violadores, los que golpean a sus mujeres indefensas.  Violentos son los usureros, los traficantes de órganos, los narcotraficantes…es muy larga la lista.




¿Qué otra cosa se podía esperar después de la violenta decisión de esos jueces al absolver a 13 criminales que juegan todos los días con las vidas de jóvenes mujeres y las someten a las peores vejaciones?




La Casa de la Provincia de Tucumán, en Buenos Aires, luego de ese fallo, se la vio como emblema de la corrupción y la violencia. Yo que me siento un cobarde, por  no haber tenido el coraje de arrojar una sola piedra contra ella,  agradezco y me solidarizo con el valor de esos jóvenes que dijeron:  ¡CUIDADO!... EL PUEBLO YA NO PUEDE TOLERAR MÁS ATROPELLOS..     

lunes, 10 de diciembre de 2012

Canto a la vida



  




Otro tiempo transito mansamente
en cada nuevo día en que envejezco.
Me duelen los reclamos en mi puerta
y los silencios de la desesperanza.
Alimento los pájaros más simples
porque el digno ejercicio de sus alas
es no entregar el vuelo a la codicia.
Humedezco los pétalos silvestres
que opuestos al azote de los vientos
con firmeza se aferran a las ramas
y trasladan su arraigo a la simiente.
Perdí  la juventud, pero no siento
que he perdido la vida. Aún latente
con su testarudez va mi palabra
análoga en el verso a la besana
surcando la ilusión de labradores,
carpinteros y escribas, obreros y pintores.
Canta a la libertad, a la utopía,
al dolor y a la risa, canta a la vida.
Valoro en el presente mi pasado,
si el presente enarbola rebeldía.
Agotaré mis últimas pasiones
contra el escarnio, contra la hipocresía,
contra los segadores de ilusiones
han de pegar mis versos cada día.







Abeja Obrera






A las flores más bellas hago dichosas,
acercándole  polen de otros estambres
descubren  sensaciones maravillosas,
mas al llevar sus mieles a los enjambres
me quedan del reparto muy pocas cosas.

Así paso la vida sobre las flores
y en la obligada carga de cada día
vivo sólo la gracia de sus colores,
aunque todo parece ser alegría
no conozco la dicha de los amores.

No se de las alturas, vuelo en lo bajo
y a pesar de nadie de ello se asombre
voy dejando la vida con el trabajo,
similar mi castigo es al del hombre
y hay quien nos llama libres ¡qué desparpajo!



Rocío

  El rocío es el beso sensual de la noche para que las flores despierten en la aurora con el pistilo    abierto hacia el estambre y en su or...