jueves, 17 de noviembre de 2011

LUIS FRANCO



"Algún tiempo me fastidié lo más confortablemente posible en las ciudades donde los hombres impiden ver al hombre. Pero el campo me sobornó otra vez con los pájaros chismosos de cielo; sus árboles llenos de meditación y de frescura, oh; su viento, mi profesor de gimnasia y de filosofía."








Cuando la palabra se despoja de toda hipocresía para ser objetiva en el relato histórico; cuando la palabra toma protagonismo para dar armonía a los versos destacados; cuando en la lectura la oración se desliza con la belleza y sencillez imitativa a un delfin en las aguas profundas; posiblemente estemos ante un texto de Luis Franco. Aquel catamarqueño de la pluma y la azada, que allá en su Belén natal, con las palmas encalladas en la porfía de ser un hortelano y la mente dispuesta abrir conciencias y besanas de brotes y de letras, dos pasiones que alternaban sus horas comprometidas, siempre, con sus sueños.

Y por ahí andarán agitadas tal vez o quietas e ignoradas, las páginas de prosa o de poesía de este hombre cabal, que hoy nos falta en las letras, en las listas de la ética literaria, en el compromiso del pensamiento, en la negación a toda connivencia con los salones elitistas y las grandes editoriales comerciales, con los lujosos libros acartonados y dorados. Por ahí andan sus páginas amarillentas y ásperas de modestos editores, pero de alto contenido literario y pedagógico, donde las historias no son acomodaticias a las politicas de turno y donde la poesía, sin rebuscadas metáforas pinta la belleza, sin escapar a la realidad toda, sin ocultar la afrenta de los privilegiados, valorando al trabajo del hombre como hacedor de la historia verdadera.

La mayoría de los argentinos jerarquiza hoy como grandes escritores a Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Julio Cortázar y da un lugar de preminencia a todos aquellos que forzados al exilio en la época de la última dictadura militar, logran tener en la actualidad una vigencia peculiar por la curiosidad de los jovenes en indagar el pensamiento por el cual fueron censurados en su tiempo. También de acuerdo a la política de turno, aparece tal o cual personaje, a veces hasta con el título de filósofo y sostenido enfáticamente más por los sectores de poder que por los críticos literarios.
Sin desmerecer los autores previamente mencionados, al indagar la historia de la literatura nacional, podremos encontrarnos con verdaderos grandes de las letras, olvidados por razones que sólo entederemos cuando leamos sus obras. Uno de los tantos casos es el de Luis Leopoldo Franco.

Nació el 15 de noviembre de 1898, en Belén (Catamarca). Estudio más tarde en el Colegio Nacional Buenos Aires y luego volvió a su pueblo natal, donde se dedicó simultáneamnete a cultivar la tierra y las letras, sus dos grandes vocaciones.

En 1918 Gana el premio de honor en el Certámen Literario "Juegos Florales" con su obra "Oda Primaveral".
Como dato curioso y llamativo para los organizadores del certámen, en revistas de la época se puede leer que Franco llega a retirar su premio junto a un peón de campo que lo acompañaba y con quien habían cabalgado a loma de mula dos días para llegar a la ciudad de Tucumán.
Hace el servicio militar en Buenos Aires y luego comienza la carrera de abogacía, la cual abandona en el segundo año en desacuerdo con la metodología universitaria. A partir de entonces alternó la vida campesina, donde encontraba el solaz en el trabajo que le gustaba, con la vida de ciudad, donde hallaba el material necesario para su crecimiento intelectual.
Rechazó ser miembro de la Academia Argentina de Letras, y también en otras dos oportunidades no aceptó la cátedra universitaria que se le ofreciera.

Respecto al Gran Premio Honor de la Fundación para la poesía y el Gran Premio de Honor SADE (1984) dijo: "Tuve que aceptarlo, ya que me daba verguenza negarme. mis amigos insistian tanto."

Para recordar a Luis Franco, con quienes lo conocieron y para mostrar una reseña de su personalidad e incentivar al conocimiento de sus obras a quienes aún no las han leido, transcribo a continuación un texto autobiográfico (tomado de editorial Sarquis de Catamarca) con el cual Luis Franco, en 1931, hacía una introducción a su libro América Inicial:

"yo, señor, rasgado de ojos y de corazón, limpio de conciencia y de ahorros, de suerte oscura y risa clara, nací y vivo en un lugar tan huido -betlehemita soy-que amagando juntarse en él los rieles (¿las paralelas no se juntan en el infinito?) el tren no ha podido acercarse.
Mi infancia me parece ahora cosa de prodigio. Sin embargo, cuando niño, tendía con avidez de tentáculo a la todopoderosidad de ser hombre.
La escuela se me ocurrió entonces un invento de fastidio técnico. (No he variado excesivamente de opinión). En el colegio me aburrí tan descaradamente como un león de jardín zoológico. También en la facultad de derecho. También en el cuartel de artillería. (De ahí sin duda mis mejores defectos: mi vocación de soledad, tan chúcara; mi cargosa sospecha en la incompatibilidad entre un profesor y un hombre de espíritu; mi entusiasta desapego por toda disciplina, como no sea la que uno mismo se impone, o si se quiere, por toda librea, sea de gendarme o de embajador).
La vida blanca y roja (no un negocio sino una aventura mágica, la vida) es mi mayor tentación, pero la palabra y aun el pensamiento, tienen la privanza de mis horas tiradas en buscar un arte de tempestad y melodía.
Soy hombre, y nada del cuerpo y del alma de la mujer puede serme indiferente.
Creo que alguno me sospechó griego -acaso por la risa, aunque tengo sonrisa muy actual- Otro no más que turco. ¿Acaso porque soy polígamo de ideas y creo mejor el gozar de todas que entregarme ciegamente a ninguna?
¿Religión? Soy un impío capaz de escuchar devotamente por horas una cigarra, pitonisa del sol. Soy un ateo calado hasta el hueso de supersticiones de lo divino. (¿Para qué decir que la ignorancia cerrada de la tecnología figura entre mis grandes erudiciones y que malicio más ciencia de Dios en una calandria que en la Summa?
Algún tiempo me fastidié lo más confortablemente posible en las ciudades donde los hombres impiden ver al hombre. Pero el campo me sobornó otra vez con los pájaros chismosos de cielo; sus árboles llenos de meditación y de frescura, oh; su viento, mi profesor de gimnasia y de filosofía.
La alegría - gay vivir7 - es mi culto, a mayor título, que suelen salirme al camino, como al que más, esas horas de desencanto eclesiástico en que nuestras ilusiones amagan cariarse a la par de nuestras muelas.
No sé si tres o cuatro mil plantas puestas por mi mano me autorizan el título del plantador. Mas conste de que no tengo otro, aunque soy argentino.
Una junta de escopetas, otra de perros, un pavo real, que imanta todas las miradas, y una yegua lujosa de ímpetu como un ditirambo, agotan el censo de mis bienes.
Pero no quiero jactarme de mi pobreza, aunque es mi único orgullo.
Diablo horro de diversiones, suelo hallarlas en algunas solemnidades acreditadas: en los charlatanes aforrados de taciturnos, en los retardados mentales con cátedra de zahorismo, en los que por tener casi todo no son casi nada, en los que por no perder el tiempo pierden de vivir.
A veces pienso que debí nacer pastor o rey.
A veces sueño ser un hombre de hierro o de música.
Pero ya he dicho que no creo casi en nada. Tal vez en la frivolidad maravillosamente trágica del amor. Tal vez en cualquier ídolo, Goethe, por ejemplo, o Whitman.
Y eso fue todo."
 
 
 
 
MÁS DE SU PENSAMIENTO:


Los Dioses

"El mayor milagro visto sobre la tierra es sin duda el del hombre, criatura efímera, creando dioses inmortales"
"Se estaba a seis mil años del Dios spinociano o goethiano -y el de todos los espíritus avanzados- que nuestro Ameghino definió así: La materia infinita en movimiento infinito a través del tiempo y espacio sin fronteras:"
"Las guerras atizadas por judíos, cristianos y mahometanos no parecen indicar que el amor al prójimo se concilie cona la fe en el otro mundo."
"Toda devoción es, en su fondo último, devoción de las propias cadenas."



La bestia, el pájaro y el hombre

"Los animales no son esbozos o caricaturas del hombre. Seres totalmente autónomos, aparecen sobre la tierra innumerables siglos antes de su último visitante."
"Los animales no fabrican prodigiosas máquinas u obras de arte. Son ellos mismos el prodigio y la belleza. No son instrumentos de vuelo o de canto; son ellos mismos vuelo vivo y música viviente anticipándose millones de años al avión y a los Palestrina y Beethoven."
"La bestia domesticada, y sobre todo enjaulada, es una ex-bestia, como el mendigo o el criminal condenado por tiempo indeterminado es un ex-hombre, o menos, que el esclavo o el eunuco."
"Todas las formas animadas - aún el sapo, la víbora o el muciélago- son dignas de nuestro interés y comprensión, es decir, de ser admiradas y amadas."
"La vida sin libertad no es vida. Primera y última enseñanza del pájaro."
 
 


La ética del placer y de la risa
 
 
 
"El gozo de vivir, del que todas las criaturas (desde los pájaros a las marmotas) participan, es la cosa más seria del mundo y la más negada por la teología y la filosofía idealista. Es el primer sacramento de la tierra."
"¿Qué el vaso de la alegría es playo y el del dolor es cáliz sin fondo? Es la vieja y falsa rutina dictada por el puro temor a la vida.
"La enseñanza del´pájaro y de toda la Naturaleza es que el simple deslumbramiento de vivir no deja lugar al duelo."



Sexo y amor


"Sólo por el amor el gozo llega al corazón y se vuelve alado"
"Su escasez relativa de la fuerza física y la necesidad de cuidar su estado de gravidez, la lactancia y crianza de los hijos, todo eso hizo de la hembra humana una criatura más persuasiva y suave que su compañero, a quien no podía acompañar en sus bárbaras cacerías. Las mujeres de la tribu debieron protegerse entre ellas forzadas por la necesidad. Así inventaron la canastería y después la alfarería, y al fin la pequeña agricultura (sembrando con estacas) y la pequeña ganadería (criando un día la primera borrega). Y después vino el hilado y el tejido. Sobre esa base se estableció el matriarcado; sobre la superioridad económica de la mujer: y el esposo debía plegarse a la tribu de su esposa y la familia se constituía según la ascendencia materna."
"Hasta que un día el hombre domeñó el caballo, y el arado tirado por el buey desplazó a la estaca, y entonces la barba estableció su tiranía. La mujer pasó a ser una mera pertenencia del varón. Se inició la propiedad privada, y el harém (la más vomitable forma de esclavitud) quedó fijado de hecho para durar miles de años. Recordemos sólo a los patriarcas, y al Rey David con sus varias esposas y el rapto facineroso de Betsabé, y a Salomón con sus trescientas esposas y sus setecientas concubinas (Libro de los reyes Cap. XI. ver.3)."
"¿Qué Adán perdió el paraíso por culpa de Eva? No fue eso, sino que obligado a elegir entre Eva, con todos sus defectos, y la aburrida perfección del paraíso judaico, prefirió huir con su compañera."
"La canonización de la castidad y el celibatismo es una fervorosa invitación a la contranatura."
 
 
Natura y cultura
 
 
"El hombre de hoy no vibra con la naturaleza ambiente como el caracol con el rugido del mar. La mira de paso y sólo le interesa por la colección de fotos de su Kodak."
"La hierba se come al mineral, el hervíboro se come a la hierba, el carnívoro se come al hervíboro, y la tierra termina devorándolos a todos para renovar sus fuerzas y comenzar de nuevo."
 
 
El Becerro de oro
 
"Cuando el pueblo cayó en el culto del Becerro de Oro (La Biblia. cap.32.ver 2) Moisés debió tener la sospecha de que ni rompiendo con la tabla de piedra del Decálogo las cabezas de los neocreyentes la adoración secreta del dorado ídolo de cuatro patas se extinguiría en sus corazones."
"Generalmente se cree que el diablo inventó al dinero, pero es al reves: el dinero inventó al diablo."

"Hay un parecido recóndito entre la caja de caudales y el féretro:"
"Los Nabucodonosores, Daríos, Alejandros, Gengis Khanes y Napoleones de ayer, parecen meros jefecillos provincianos junto a los capitanes del capitalismo de hoy que huellan todo el planeta y manejan ríos de petróleo, de whisky, de aceite, de acero, rebaños de barcos, nubes de lana, de caucho, de tabaco, de marihuana, de aviones..."
 
 
La moral de Tartufo
 
 
"El arte del botellero (llenar la bolsa y la barriga traficando con botellas vacías) sigue siendo el modelo de la moral humana."
"El animal se esconde para morir. El hombre acaudalado hace de su muerte la apoteosis de su vanidad que llama pompas fúnebres: misas cantadas, defiles suntuosos, mausoleos."
 
 
Política
 
 
 
"Siglos de disputa sobre proteccionismo y libre cambio. ¿Cuándo se disputará sobre el libre cambio de las ideas y el proteccionismo de la justicia humana?.
"La sociedad de clases es una ofensa a la naturaleza humana y a la otra."
"La omnipotente propaganda moderna (comercial, política o religiosa) es el viejo arte del pulpero de embriagar al cliente para aliviarlo de sus chirolas."
"La enseñanza enderezada secretamente a fomentar la conformidad o la resignación en los pueblos es más oscurantista que el analfabetismo."
"Al libertarse de sus cadenas de hierro el proletariado libertará a sus verdugos de sus cadenas de oro."
 
 
Arte y letras
 
 
"El arte puede y debe ayudar a ennoblecer la vida, pero nunca a desplazarla."
"No se sabe que admirar más de ciertos autores, si la oquedad de las ideas o el miriñaque del estilo."




En una acortadisíma síntesis de su pensamiento, las palabras de Luis Franco son elocuentes y dejan en claro el por qué de su negación en los círculos oficiales y comerciales de la cultura de ayer y de hoy.
Un gran amigo de Luis Franco fue el pintor argentino Demetrio Urruchúa. Ambos compartieron poesías y litografías en un libro editado en el año 1965. Demetrio Urruchúa está en una similar situación de olvido por los centros oficialistas, también de ayer y de hoy. Esta situación la manifesté en un opúsculo que edité en el año 1994: Demetrio Urruchúa: " El Pintor Olvidado"
En su libro autobiográfico: "Memorias de un Pintor", Demetrio Urruchúa, dice, refiriéndose a quienes visitaban su taller: "En aquella época el poeta Luis Franco vivía en Belén (Catamarca) pero de tanto en tanto lo veíamos en Buenos Aires y nos reuníamos como viejos amigos. Claro está que no fue posible realizar lo que soñé. Habría sido para mi un hecho histórico reunir en mi taller a León Felipe, Jacinto Grau y Luis Franco, comer un par de pollos a la parrilla, tomar buen vino y dejar que se hablara y se hablara lo que se quisiera. Pensé que podría conseguirlo, acaso con la egoísta esperanza de disfrutar yo personalmente de un encuentro de las tres personalidades más fuertes, más lúcidas y hondas de nuestra época. Pero la fatalidad quiso lo contrario. Digámoslo así para cubrirnos decorosamente."
Como ya lo dije en el citado libro, entiendo que no fue casual la amistad entre Urruchúa y Franco. Habrá sido necesario sólo un primer contacto para que se entrelacen definitivamente. Ambos con un pasado provinciano, Luis Franco, muy consustanciado con el trabajo de la tierra en su Belén natal, en Catamarca y Urruchúa, con un antecedente bucólico empárentado con el dolor, también llevaba profundamente adheridas para siempre las imágenes y los personajes de aquella niñez, transcurrida en "La Blanquita", Partido de Lincoln, hoy jurisdicción de Pasteur.
Ambos autodidactos, inclinados al arte en general y si bien en el ejercicio, fueron distintas sus vocaciones, conceptualmente las enfocaron por el camino relacionado al humanismo, al compromiso con la realidad de la vida del hombre.
Intelectuales distanciados de la intelectualidad, de las concepciones abstratas de la poesía y la pintura, de los convencionalismos comerciales como medio para acceder al prestigio de los salones oficiales, que pomposamente estaban en manos de elites aristocráticas.
Urruchúa soñaba unificar en su taller los cuatro pensamientos, para la polemica subtanciosa y encendida, pero no tuvo el tiempo suficiente. A quienes proponemos el desarrollo de la cultura popular, nos queda la posibilidad de trabajar en el futuro y poder unir en la investigación la obra de estos dos argentinos. Para redescubrirla, impulsar su ideas y difundir el sentido de la libertad de sus artes, que han mantenido en el ostracismo, los auspiciantes de los grandes salones de cultura oficialista.

                              Carmelo Di Bruno, Demetrio Urruchúa, Luis Franco y M Zamora, en Ed. Claridad.

Luis Leopoldo Franco murió en Ciudadela, en un asilo para ancianos el 1° de junio de 1988.-



Libros (prosa)

Los Hijos de Llastay (fábulas o relatos de animales) Bs. As. 1926
América Inicial - Ediciones Babel, Bs. As. 1921.
El General Paz y los dos caudillajes - Ediciones Anaconda, Bs. As. 1933.
Biografía de la guerra - Ediciones Perseo, Bs. As. 1941.
El Fracaso de Juan Tobal - De Nuestra Novela (editorial), 1941.
Walt Whitman - Ediciones Americalee, Bs. As. 1945.
El otro Rosas - Editorial Claridad. Bs. As.1945.
Rosas entre Anécdotas - Editorial Claridad, Bs. As. 1946.
Biografías animales - Editorial Peuser, Bs. As. 1953.
Antes y después de Caseros - Editorial Reconstruir, Bs. As. 1954.
Hudson a caballo - Ediciones Alpe, Bs. As. 1956.
Biografía sacra - Editorial Reconstruir, Bs. As. 1957.
Sarmiento y Martí - Editorial Lautaro, Bs. As. 1958.
Biografía Patria - Editorial Stilcograf, Bs. As. 1958.
Pequeño diccionario de la desobediencia - Editorial Americalee, Bs. As. 1959.
Domingo F. Sarmiento (antología) – Cía. Gral. Fabril Editora, Bs. As. 1959.
Revisión de los griegos - Editorial Americalee, Bs. As. 1960.
La hembra humana - Editorial Futuro, Bs. As. 1962.
Prometeo ante la U.R.S.S. - Dávalos y Hernández Editores, Bs. As.1964.
Espartaco en Cuba - Dávalos y Hernández Editores, Bs. As. 1965.
De Rosas a Mitre: medio siglo de historia argentina – Editorial Dávalos (Astral), Bs. As. 1967.
Los grandes caciques de la pampa - Editorial Schapire, Bs. As. 1967.
Sarmiento entre dos fuegos - Editorial Paidós, Bs. As. 1968.
Cuentos orejanos - Centro Editor de América Latina, Bs. As. 1968.
La Pampa habla - Editorial Schapire, Bs. As. 1968.
Guitarra adentro- Centro Editor de América Latina, Bs. As. 1971.
Rosas - Editorial Propósitos, Bs. As. 1970.
Lucifer. Los Museos contra el devenir - Editorial Cultural Argentina (E.C.A), Bs. As. 1972.
El Arca de Noé en la Plata - Editorial Lagos, Bs. As. 1973.
El zorro y su vecindario - Editorial Plus Ultra, Bs. As. 1976.
Zoología de bolsillo - Editorial Schapire, Bs. As. 1976.
Nuestro padre, el árbol - Editorial Colihue/Hachette, Bs. As. 1978.
Esquilo y Shakespeare - Editorial Talgraf, Bs. As. 1980
El Presidente Illia y un libro de ocasión - Edición del autor, Bs. As. 1984.


Libros (poesía)
La flauta de caña - Ediciones América, Bs. As. 1920.
Coplas - Bs. As. 1921.
Libro del gay vivir - Ediciones Babel, Bs. As. 1923.
Coplas del pueblo 1920-1926 (incluye Coplas de 1921) - Ediciones Gleizer, Bs. As. 1927.
Nuevo Mundo - Ediciones Gleizer, Bs. As. 1927.
Los trabajos y los días - Ediciones Babel, Bs. As. 1928.
Nocturnos - Ediciones Babel, Bs. As. 1932.
Suma 1927-1937 - Ediciones Perseo, Bs. As. 1938.
Catamarca en cielo y tierra - Ediciones Kraft, Bs. As. 1944.
Pan 1937- 1947 - Ediciones Suma, Bs. As. 1948.
Constelación - Editorial Stilcograf, Bs. As. 1959.
El corazón de la guitarra, carpeta con dibujos de Ricardo Carpani, Bs. As. 1963.
Poemas, carpeta con litografías de Demetrio Urruchúa, Bs. As. 1965.
Poesía de Luis Franco, antología - EUDEBA, Bs. As. 1965.
Trotsky- Chajá - Ediciones de poesía, Bs. As. 1967.
Guitarra (teoría y práctica de la copla) - Editorial Lagos, Bs. As. 1971.
La mar se embarca - Editorial Papeles de Buenos Aires, Bs. As. 1975
Insurrección del poema - Ediciones Colihue/Hachete, Bs. As. 1979




Bibliografía:
"El presidente Illia y un libro de ocasión" Ed. Talgraf Bs. As. nov. 1984.
"Poesía de Luis Franco" Ed. Universitaria de Bs. As. 1964              

Demetrio Urruchúa "El Pintor Olvidado" Bs. As. impreso en Sintex Enterprises Arg.


miércoles, 2 de noviembre de 2011

POESÍAS PARA MI PUEBLO










Los mejores recuerdos de la infancia, de la adolescencia y luego el desarraigo del terruño natal, fueron, tal vez, lo que impulsó con más fuerza mi vocación a la poesía.
Puedo decir que desde aquella partida involuntaria, pero obligada por las imposiciones de la vida, he ido manifestando en versos las sensaciones que se provocaron en mi por esa ausencia, y las añoranzas que siempre vuelven con su carga de emotividad.
Por eso todas las poesías que de alguna manera tienen que ver con los recuerdos o vivencias de mi pueblo, aunque nunca fueron editadas, las he ido agrupando en el título: "Poesías para mi pueblo" y aquí estan...


Así recuerdo, por ejemplo, al viejo manisero: Narciso Blanco. Él vendía maníes en las canchas de futbol de mi pueblo. Yo era hincha de "Defensores". Los domingos que jugaba de local, por la ansiedad de estar pronto en la cancha, casi no comía y aún masticando el último bocado, con una naranja entre las manos, para ablandarla y después chuparla en el camino, salía de mi casa con una alegría contagiante. Ya en la cancha esperaba a Narciso y llegaba con su canasta de mimbre. La medida de venta era una latita de tomates al natural vacía y quemada, allí ponía los maníes y a nosotros los niños nos hacía abrir el bolsillo del pantalón para volcarlos. Una pequeña historia que llevo pegada en el corazón...




Manisero
 

Como un duende prendedero
Junto a Narciso Blanco
anda rondando en mi alma
una imagen del olvido:
Narciso Blanco, del pueblo,
del pueblo en que yo he nacido
esta volviendo en recuerdos:
Maniseee...rooo...Maniseee...rooo...

En voz baja balbucea
y en la canasta de mimbre,
con su latita tiznada
va dejando oír su timbre
al son de aquel golpeteo:
Maniseee...rooo...Maniseee...rooo...

Diez centavos la latita
es una justa medida
para revivir los sueños,
los sueños y la alegría.
Diez centavos y el bolsillo
del niño pobre del pueblo
colmado de fantasía.

Maniseee...rooo...Manisee...rooo...
Está crujiendo la cáscara
de tu maní entre mis dedos
y te veo andar mis calles
Narciso Blanco te veo
con tu canasta de mimbre
Maniseee...rooo...Maniseee...rooo...



 

Otro recuerdo fuerte de la infancia es el viejo Linyera: Hilario Valenzuela, un hombre de trabajo que un día, se decidió a caminar las calles arenosas usando un espejito como retrovisor. ¡Esta loco!, decían...Tal vez era así, pero para nosotros los niños del pueblo, era una bella locura, tan bella que no la hemos podido olvidar...



Hilario: Linyera del espejo. 


Hay un duende en mi pueblo, de mi pasado dueño,
camina por sus calles embriagado de ensueño
y me lleva en sus aires, andando a paso lerdo
a revivir historias, luces de algún recuerdo.
El sol en mi retina jugando en un reflejo
me pinta al viejo Hilario "Linyera del espejo"
que mira a sus espaldas las burlas de la vida
ignorando el desprecio para no ahondar su herida.
Y añoro aquellas tardes, umbrales y sosiegos,
esperando los pasos de sus pies andariegos,
entre temor y risa, desconfianza y cariño.
Hilario...con tus juegos, renaces a mi niño
y vuelvo a preguntarme: ¿Qué imágenes verías
detrás del espejito, intriga de mis días?
No me lo digas nunca, pues en mi mente anido
con mística ese lazo que me impide tu olvido.


"Gallega Esperanza" la llamaban, es todo lo que sé... De niño la vi siempre arreando sus vaquitas en las calles. Nunca me imaginé que su figura volvería en la nostalgia...


Esperanza

Hoy anda por el aire un duende extraño
jugando con imágenes de pueblo
y por mis ojos llueven los recuerdos:
De Galicia llegaste, no sé cuando,
solitaria, te encontre en un rodeo
por las calles, que poco transitadas
daban la grama verde a tu esperanza.
Eran tus piernas chuecas e incansables
y tu piel remarcaba los caminos
de los años andados con la hacienda.
Cada día nacías Esperanza
y a tu paso mis ojos se fijaban,
asombrados de tu andar. Al mirarte,
vi tu imagen nublada por el polvo
en los ocasos rojos de las tardes
y al frío amanecer de los inviernos,
exprimiendo la leche de las ubres
vi agrietadas tus manos por la escarcha.
Luego tu vida la ignoré por siempre,
fueron tiempos de prisa, sin asombros.
¿Dónde andarás arreando tus vaquitas?
¿Por qué acosa una deuda en mis entrañas?
si en las mañanas calmas del invierno
con alegrías llegas, cual fantasma.
Jamás habrás pensado que tu historia
he guardado en el alma con ultranza
y tu apodo imborrable en mi memoria
dejó una huella, Gallega, de Esperanza.
Con Anita (como entonces la llamaba), nacimos en el mismo barrio, el de la Iglesia, hoy de Avellaneda, tenemos la misma edad, crecimos juntos y compartimos el mismo curso todos los años de escuela primaria. Muchos años pasaron sin verla, por eso un día de recuerdos escribí esta poesía:

 Recuerdos




Junto a Ana López


No sé si tú recuerdas esos días
felices de amistad que compartimos
y aquel asombro con que descubrimos
la fuente simple de las energías.

No se si tú recuerdas mi sonrisa
como yo añoro la tuya perdida.
¿Quién nos robó la infancia compartida?
¿Por qué pasó la vida tan de prisa?

Llevo en el alma toda esa alegría
y andando en el camino hacia la muerte
es mi pregunta: ¿He de volver a verte?

Y al recordar aquella fantasía
nostálgico me embriago con la suerte
de esa niñez que tanto nos unía.


Otro de los recuerdos siempres vigentes, son nuestras maestras de la primaria. Amabilia, (primero inferior), incorporó en mi una cierta vocación artística. Creo que por ella hoy amo la poesía. Con chicos de apenas seis años formó una "Banda Rítmica" para una fiesta de fin de año escolar y nos hizo actuar en el Club Atlético. Yo era el director de esa Banda, no por llevar mejor el ritmo, sino porque era el más chiquito. Fue un éxito total...


Sra. Amabilia - Centenario Esc. N° 22

Blanca, ¡inolvidable!... ella pasaba de grado con nosotros, nos dio clases al mismo grupo, en tercer, cuarto y quinto grado.


Junto a las hermanas Rodriguez, Mirta Elarre, Blanca Delgado y Ana López
en Centenario de la Escuela N° 22 - Pasteur


Con Blanca Delgado de Carreras, alumnos trabajando
en la huerta


Blanca

Blanca era tu nombre de joven maestra,
blanca tu mirada de cornea espejada
porque reflejaba blancos delantales
de niños alegres que te circundaban.
Cuando florecía la sonrisa llana
de tu boca libre de pétalos blancos,
blanca la ternura que nos abrazaba.
En la vieja escuela de las aulas pobres
blanca era la tiza que se deslizaba
cual una gaviota con sus blancas alas
sobre un lago oscuro donde resaltaba
la oración alegre cual abierta cala.
No recuerdo enojos, retos, ni castigos
y cual prendedero en el alma conmigo,
llevo tu cariño junto a mi destino.
Un viejo cuaderno guarda los colores
de aquel incentivo de un fin noviembre
donde conjugaban penas y alegrías,
por las vacaciones que se avecinaban
y por la tristeza de la despedida.
Te asocio a la nube inmensa del cielo
blanca y expandida por gracia del viento,
has diseminado tu amor en el tiempo
y como una lluvia que moja por dentro
mi lágrima asoma. Blanca... es tu recuerdo.



Las fantasías propuestas por amores platónicos propias o de compañeros de ese tiempo, con los agregados o licencias que permite la poesía, también llegan a los versos a instancias del recuerdo.


Amor de niños

Te recuerdo María cuando salías
de tu sala de quinto y a mí venías.
Mi corazón inquieto se sacudía
en galope que al pecho me lo fruncía
y mis labios inquietos que se movían
por falta de entereza, nada decían.
Al aula acongojado yo me volvía
hasta un nuevo recreo, día tras día.
Y así el ciclo de estudios iba avanzando,
era mi último año, y pensé: ¿Cuándo?
Entonces... ¡Tú te acuerdas!, la tardecita
que cerca de la iglesia nos dimos cita,
si hasta hoy veo tus ojos celeste cielo
y el sabor de tu boca de caramelo.
Al fin pude decirlo: ¡Cuánto te quiero!.
Después si vino el beso de mis anhelos.
Hoy ese amor de niños que fue el primero
me llena de nostalgia cuando recuerdo.


A las cinco


Todas las tardecitas, en la esquina del Ruso,
ojeando las revistas que Cesar me prestaba,
yo esperaba las cinco, para oir la campana,
con una insostenible sonrisa enamorada.
Allí, distraidamente, sin conciencia de hacerlo,
grababa por mis ojos en cada día de espera
la vida cotidiana de nuestro centro urbano.
Hoy, en el celuloide que guarda mi memoria,
se proyecta el correo, el almacen "Cantábrico"
y de cara a la plaza, en lo alto de la ochava
un cartel ingenioso de Modad, dice: "Hela2".
Era esa arquitectura circundante a la escena
el lugar de la cita de dos niños de escuela
con pupilas brillantes y tímidas palabras,
que ignorándolo como iniciaban el juego.
Hoy, desde la distancia, la ilusión lo renueva
con las mismas sonrisas y toda la ternura,
de aquel amor de niños, aún en edad de escuela.


Recuerdos del otoño



Recuerdo los otoños
de las hojas doradas y los sueños
y recuerdo los ojos
de muchachas alegres y traviesas
con pechos florecientes.
Fieles a la amistad,
en horas de la siesta
leíamos poesías de Neruda
sobre el anden vacío
y luego caminábamos al puente
tomados de las manos,
para intentar el beso
y sellar en la altura de la herrumbe
el idílico amor de las parejas.


Ilusión:

Anoche tuve un sueño:
abría la ventana de mi casa,
de aquella vieja casa
de corredores amplios y ruidosos
y me pareció ver cuando venías
por el camino angosto
entre los paraísos florecidos.
Ya casi habías dejado de ser niña,
la pubertad se alzaba colorida
en tu blusa estampada
y tus pasos marcaban la cadencia
con la andante armonía de un amor.
(Ojalá en la prosodia de estos versos
pueda imitar tu ritmo y describirte
tal cual te imaginaba,
es decir, tal cual fuiste
en esas primaveras florecidas
que hoy vuelven a mis sueños).
Luego corrí al zaguán para encontrarte,
para invitarte al juego tan deseado;
pero al abrir la puerta,
se esfumó mi ilusión
como se había esfumado en otro tiempo
aquel sueño platónico de amor.


Una Gorra de lana

En el color habano
de una gorra de lana
me revive la imagen
de un otoño lejano
y el brillo de tus ojos
que eran del mismo tono.
Andábamos entonces
saltando los andenes.
Sobre las carretillas
rodaba la alegría
por los andariveles
de nuestra adolescencia.

Aunque las canas pinten
de grises nuestra sienes
el recuerdo es tan fresco
como lo era el aliento
de esos atardeceres
y añoro aquellas tardes
de risas y de juego.



Vacaciones de escuela, estadias en el campo, alegría y una vieja yegua, mansa y obediente dispuesta a nuestros juegos y recorridos: "La Chulenga"


Tres niños en el Pescante             
                      A mis tíos Ramón y Coca y a mis primos Mabel y Eduardo 


Tres niños en el pescante
sobre un horizonte abierto
y mil estrellas lejanas
unidas en un concierto
protagónico de luna.

Ramón llevaba las riendas
y en la brasita encendida
del amor y del silencio
hilvanaba un hilo de humo
que nos acercaba al cielo.

En los ejes de las ruedas
un coro de sapos libres
nos despertaba los sueños
mientras el sulky tiraba
nuestra querida Chulenga.

Tres niños en el pescante
con destino a "Lucía Elena"
para iniciar las vivencias
de un tiempo de vacaciones
con alas de plumas nuevas.

De la pechera colgada
brillaban las fantasías
y en esa escenografía,
tres niños en el pescante
colmados de picardía.

Tiempo de feliz estancia.
Nuestra querida Chulenga,
tu trotecito, tu calma,
es hoy galope en mi pecho
y regocijo en mi alma.



Y los recuerdos siguen llenando páginas:




Refugio
                (a mis tios: Vina y Segismundo)


Yo viví en un edén donde las flores
de pétalos más tersos y más bellos
ofrecían su néctar a las aves
y de tu mano conocí en las tardes
mariposas y pájaros silvestres,
gocé sus vuelos y comprendí en sus alas
la libertad de mis mejores sueños.
Por eso en este enero que me aleja
de tu franca sonrisa y tu mirada
tengo una pena inmensa que me aqueja
y roba de mis ojos una lágrima.
Tanta es la gratitud a tu ternura
que la congoja me ha inundado el alma.
Pero tengo por siempre ese refugio
sublime de ilusiones infantiles
que tu muerte no pudo arrebatarme.


Mundo de ternura 


Recolectando frutillas
debajo de las encinas
feliz hacía tu jornada
mi inocente picardía.
Mis juegos eran tu risa,
tu risa mi algarabía.
Las jaulas de los faisanes
eran la gran ironía,
yo gozaba sus colores
ellos sin cielo morían,
sus alas eran mis sueños,
mis sueños tu compañía.
Yo feliz viví ese mundo
"Mundo" feliz de alegría




Otro de los recuerdos que tengo de cuando era niño, eran las casas humildes de mi pueblo pintadas de blanco o amarillo con distintos colores en sus frisos. El hombre trabajador y pobre, por lo general, vive sumamente preocupado por la vivienda. No siempre logra tener su casa propia y cuando lo logra una de las mayores satisfaciones que tiene, es ver que esa, su vivenda humilde este pintada. Tiempo atrás ese hombre de trabajo pintaba o aseaba su casa, o su rancho de adobe, con cal o con pintura al agua.
 
 
 He pintado mi casa


Con los colores pobres
de la pintura al agua
he pintado mi casa
y en cada pincelada
me manché de nostalgia.
Nostalgia de colores
con que fueron cambiando
año a año,
pintada tras pintada,
paredes y esperanzas:
Amarillo de trigos,
verdes primaverales,
celeste de amplio cielo
y rojo, de maduros frutales.
He pintado mi casa
y al pintarla,
he pintado mi alma
de colores hermosos
colores de mi infancia,
colores de los pobres
de la pintura al agua.



Cartas



Me ha pesado tu ausencia,
se negaba mi alma
a vivir la alegría,
pero por los cristales
que me muestran la vida
supe que es primavera
y pude ver la rosa,
la rosa que se abría.
Ella me ha redimido,
pues sé que tus jardines
se han colmado de flores
y tendrás sensaciones
iguales a las mías
para acortar el tiempo,
el tiempo que nos priva.
Cuando leas mis líneas
sabrás cuanto te extraño
en esta lejanía
y una lágrima tuya
será el riego a las rosas:
tus rosas y las mías.



¿Cómo estarán tus ojos esta tarde?
¿Cómo estarán tus manos y tu boca?
Estoy pensando en ti en la distancia
y la misticidad que me convoca
me da la presunción de alguna onda
que me puede acercar a tu presencia.
Y quisiera decirte, en mi esperanza,
que tu imagen se encuentra ante mis ojos
tras el espejo expuesto por mis lágrimas.
Y mis manos aguardan un abrazo
y mi boca, mi boca esta deseando
posar en las mejillas de tu cara,
para besarte madre, para besarte tanto,
tanto como este tiempo prolongado
que nos mantiene ausentes
y me provoca el llanto.


Barrilete



Madre,
aunque sólo un instante
dure mi vuelo,
quiero ser barrilete
y andar danzante
bajo este cielo.
Gozando las vivencias
en las alturas
de oponerme a los vientos
con las locuras
de un tiempo de inocencia.
Moverme en un celeste
inagotable,
poder tirar de un hilo
interminable
y perforar las nubes
hasta encontrarte
nuevamente en el tiempo
en que fui niño
y atado me tenías
a tu cariño,
igual a un barrilete
que se mecía
y en tus cálidas manos
desenvolvías
el ovillo del juego
mientras reías,
Madre,
quiero encontrarte.


Hace poco tiempo atrás, recibí con gran alegría la reapertura de la Sociedad Española de Socorros Mutuos, un lugar muy caro para mí, porque esta ligado a una niñez y adolescencia de sueños y trabajo. Recordé además las viejas romerías, el Cine Español, las veladas de teatro y me vino a la mente aquel personaje tan popular para el pueblo de Pasteur:

Frente actual de la Sociedad Española de Pasteur


Pichirica


Hoy... ¡Teatro popular!...
por las bocinas
el querido Carlitos* lo anunciaba
.

LLegaba "Pichirica" y la sonrisa
era ya un anticipo de la escena.
A la "Socorros Mutuos Española"
arribaba el gauchito quitapenas
con su gracia de lengua campechana.
Abierta la función, a sala llena,
al alzarse el telón, el escenario
mostraba a "Pichirica" en su vestuario:
bombachas batarazas y alpargatas
que con jocosa mueca desataba
un aplauso emotivo y sostenido,
de todo el paisanaje allí reunido
que hallaba en el artista identidad.
Y desde las plateas (digo sillas)
la magia de ese teatro campesino
el alma de algún niño arrobaría.
Y es hoy, como señal de su destino,
un prendedero interno de alegría.
La Sociedad Española se reabre
y la nostalgia nos vuelve a embargar,
muchos son los recuerdos "Pichirica",
y los tuyos, no pueden faltar,
contagiaste alegrías a mi pueblo,
tu sonrisa pintó la realidad
y en carcajada abierta el paisanaje
en tu muestra vivió felicidad.

* Carlitos Strajilevich (Publicidad en las calles)


En esa Sociedad Española, durante mi adolescencia, funcionó también durante un tiempo el "Cine Español" que administraba por concesión mi hermano, Mario Ernesto Paredero. Yo era caramelero y a veces adyudante de proyección:



Cortometraje
                 a mi hermano Mario


Subí la escalerilla
En el Cine Español junto a Luis Viera, Mario Strajilevich,
Gerardo Viera y Liliana Paredero
de nuestro viejo cine
y me hallé con la máquina
proyectora de sueños.
Arrimé los carbones
y un embudo de luz
me trasladó la imagen.
Enhebré el celuloide
y sobre el telón blanco
mi mágica retina
iniciaba la cinta
con el guión del alma.
Película de amor
anunciaba el afiche
y en el viejo banquillo,
junto a la ventanita
ubique la mirada
en la fotografía
de un sereno paisaje
que me daba la calma
y avivaba el recuerdo.
Yo era sol penetrante
y a veces era viento
deslizando exultante
alas incontenibles.
Entendía los susurros
de su voz en la brisa
y me daban sus ojos
la llama de su fuego.
Niño de mil antojos...
giraba la película
y era un protagonista
disfrutando del juego.
Pero se fue de cuadro
y un corte repentino
produjo mi memoria.
Se encendieron las luces,
silbidos y murmullos
me robaron el sueño.
Final de la ilusión,
el exilio me embarga,
extraño aquel terruño
carnal y cobijante,
tanto, tanto lo extraño
que aún sereno y silente
noto que por el alma
las penas ambulantes
me acercan al dolor
por ese amor distante
y una lágrima asoma,
viene de las entrañas
reclamando la falta.
La mirada se nubla,
mi corazón se aquieta
y blanca y centellante
se queda la pantalla.
Ha sido mi alegría
 sólo un cortometraje..


He tenido la suerte  que siempre he podido volver a mi pueblo. He formado mi familia aquí, en lo que se llama conourbano bonaerense, y mi esposa y mis hijos, sienten también como suyo mi pueblo. En uno de esos tantos regresos, me encontré que la calles de Pasteur tenían otra nomenclatura. La situación me produjo cierto dolor y recordé que cuando tenía aproximadamente 5 o 6 años y vivía a las afueras del pueblo, mi madre me mandó a hacer el primer mandado y me dio, más o menos, esta indicación: Tenés que ir por la "calle de Fermina" hasta la iglesia, allí tomar la "diagonal de Sarría", cruzar la plaza, seguir por "la calle de Lito Vega" y después doblar a la derecha por la "calle de La Pescadora".
En aquel regreso las nuevas chapas que vestían las calles, le habían quitado el protagonismo a los queridos personajes, y yo me sentía acongojado.



Otras calles


Han cambiado tus calles el aspecto,
impone un nuevo nombre cada esquina
distantes para el alma pueblerina,
ilustrados ajenos al afecto.

Con la solemnidad de lo selecto
hay una historia grande que domina,
aquella amada calle "de Fermina"
viste en chapa otro nombre por decreto.

La recta de la sala es hoy Sarmiento,
era de "La Cambicha", era "del Lato"
y nuestra diagonal, la "de Adornato"
tiene un cartel esquivo al sentimiento.

Ese chapaje en todo el corolario
roba la identidad del vecindario,
rompe el mito de cada personaje
que, tal vez, bien merece el homenaje
porque fue la alegría de los barrios.


Y hablando de personojes,  hubo y hay muchos en Pasteur. He escrito mis recuerdos sobre varios de ellos. Tal vez el más respetado y querido por su obra y su trabajo, es el Dr. Raúl Alberto Cabaleiro, a quien el Trío Pasteur le ha dedicado una hermosa canción. 
Yo he recordado a un Pintor de jerarquía internacional que habitó nuestro pueblo y creo que no ha tenido el reconocimiento que debería tener, Demetrio Urruchúa, a él también le he dedicado una poesía:


Para elogiar la vida




Tú que has pintado al hombre

Foto Parcial del Mural pintado por
Urruchúa en la cúpula de las Galerias
de Flores (Bs.As:)
con todas las virtudes de la filantropía,
sin ocultar la imagen de la pena
resaltando la luz de su alegría,
toma mi mano y pinta
en un tono profundo
con tu magia en mi letra,
tal cual fuera mi pluma
tu pincel, quien pintara
en el plano de un muro,
la realidad del mundo.
Y en la figura humana
de tu sabiduría,
la libertad en el arte,
tal cual la proponías,
se verá reflejada
con todos los colores
para elogiar la vida.




 Hace un tiempo escribí unas décimas para un amigo que es sinónimo del trabajo y la alegría: Tito Muñoz. "El cantor del pueblo", una persona que transmite su alegría con  simpleza y solidaridad y se ha ganado el corazón de los Pasteurenses.

 



Décimas para Tito


Hay en mi pueblo un cantor
que dispuesto con su canto
va proponiendo el encanto
para alejar el dolor.
Y cual una abierta flor
en cadenciosa armonía
hace reinar la alegría
con letras de su temario
para que así el vecindario
explote en algarabía.

Como "Tito", es conocido,
albañil de profesión,
él tiene por vocación
con merito merecido
mostrar un gran colorido
en alas de la canción,
la envuelve con la emoción
de su gesto solidario,
el aplauso es su salario
y la humildad su gran don.

Cuando el pueblo lo convoca
para animar un festejo
es cual del sol, un reflejo
que a su calor nos trastoca.
A la sangre la provoca
y en el sonar de las palmas
transmutan las poses calmas
al ritmo de la locura,
y el menear de la cintura
es elixir de las almas.

La imagen es la sonrisa,
no distingue jerarquías
porque el fin es la alegría,
que surge como premisa
y si Tito preconiza:
¡qué le pasa a mi camión...!
se provoca una explosión
de gritos y pisoteos
y el auge del zarandeo
multiplica la emoción.

A Tito, como homenaje,
vayan estas espinelas.
Versos de simples estelas
y pueblerino lenguaje.
Destaco del personaje
su postura popular
con la que sabe ahuyentar
es su musical destino,
las penas que en el camino
al hombre hacen tropezar.



Y llegaba el tiempo de los hijos, sobrinos y sus nuevos amigos que iban ocupando ese espacio para la niñez que sólo puede brindar ese paisaje bucólico y sereno, y esos seres humanos  que tanto amor brindaban... y que luego faltaron...




Basurita


Cuando el sol salía de escena,
sobre un rojizo telón
el galope de una sombra
daba luz a la emoción.

De fondo un lejano puente
en el centro la ilusión:
"Basurita" contra el viento
era una estela de amor.

El corazón del jinete
era un morral de cariño
al divisar que flameaban
las manitos de los niños.

El encuentro proponía
turnos de felicidad
y Manolo sonreía
lleno de complicidad.

La noche aquella sonrisa
estrella la convirtió
y en el alma de los niños
su luz nunca se apagó.

Más grandes hoy, esos niños,
añoran las alegrías
ya no está el protagonista
sólo la escenografía.



El dolor también se hace presente en los recuerdos por la pérdida de aquel amigo joven y los versos nos dan la fantasía de soñar, como una forma de amenguar la pena.


Invitación


Fue breve tu amistad,
fue tan efímera
como el vuelo de un pájaro.
Me invitaste a volar,
pero no me dijiste
que ibas a ir tan alto.
Yo no tenía tus alas
y me quedé en lo bajo
con un dolor muy grande
por haberte perdido
casi sin conocerte.
Sin embargo,
en cada tardecita
que ando por estas calles,
que también son las tuyas,
solemos encontrarnos
y revive la cita
planeada aquella tarde.
Tú pisas la pelota
y me invitas al juego:
Vení, vamos a hacerle
un gol a la nostalgia,
que al final del partido
esperan dos muchachas.
Y cuando ya madura
se presente la noche,
una copa de vino,
el billar y los naipes,
alargarán el día
para toda la barra.
Y después una luna
llena de fantasía
nos hallará sentados
al fresco de la brisa.
Vení, atrévete a este sueño
que no ha sido truncada
la amistad en nuestras almas.


Y los años pasaban y nuestros amores envejecían




Papá

Papá, debo decirte que te quiero
y noto que se apaga tu mirada
¡cómo quisiera verte con la azada
en ese noble oficio de quintero!

Yo que gocé de tu ademán sincero
y vi mover la tierra en tu palada
hoy regreso pero no encuentro nada
de tus verdes sembrados jornalero.

Hortelano que trabajaste tanto
para obtener el fruto que nos diste,
la tierra ha de ampararte con su manto.

Me quedará tu paz, tu amor, tu encanto
del tiempo que conmigo compartiste
aunque mi corazón apene en llanto.



Y no sólo envejecían, a veces ya se habían mudado del domicilio conocido

Imágenes felices 





Con la misma alegría de los años felices
regresaba a mi pueblo
buscando sus imágenes de amor,
pero encontré cerradas las puertas de mi infancia.
Entonces, con nostalgia entré en el cementerio.
Desde las cajas blancas,
como aladas palomas
volaban las imágenes deseadas.
¡Las risas de mi pueblo!
guardadas en las tumbas del viejo cementerio.
Como en un sortilegio pude al fin rescatarlas.
Se prendían en mí como colgantes
en estrechos pasillos de las colmenas blancas.
Allí estaban presentes, cual abejas zumbantes.
Era una paradoja:
Lo que fuera dolor era nostalgia,
lo que fuera alegría era recuerdo.
¡En aquel paraíso!
Habitaban las almas de unos seres hermosos
que dejaron sus casas para hacerse palomas,
libres palomas blancas
y en la tarde soleada
revivían en mis sueños
amores de la infancia.
 
 
  

Nos costaba volver, porque volver era reconocer que lo que más queríamos faltaba.





Epitafio a Mamá

Me acongoja el dolor y sólo es mío
al saber que un vellón me nubla el cielo
y ha enredado las alas de mis sueños.
¡Cómo decirte hoy: pronto iré madre!
si sé que en el zaguán no has de esperarme,
ni abrirás la cocina con aromas
de culinarios mimos a mi encuentro,
si tu jardín ya no dará una rosa
para ese tierno orgullo de tus manos.
Mas, por si acaso madre...¡Tú lo sabes!
he de encontrarte en todos los rincones
y en todos los instantes he de amarte.
La sangre que yo llevo es de tu sangre,
la libertad que gozo es de tu herencia.
Me he propuesto a tu casa hacerla mía,
como ya lo fue mía en otro tiempo,
solazarme en el canto de sus aves,
ampararme en la higuera de tus dulces
y revivir jardines de tu estancia,
así la primavera con sus flores
te envolverá en sus halos de fragancias.
Es mi consuelo madre...He de hallarte
en todas las miradas, en las sonrisas...
nunca estarás ausente, no dejaré de amarte.



Y así fueron pasando los años, el niño que vivió feliz en aquel pequeño pueblo, dejó atrás también la adolescencia, la madurez. Y en el camino de descenso del impulso, la añoranza no afloja. Entonces, en la serenidad lograda, siente vigente como nunca las palabras del gran escritor ruso Dostoiesvski:

"No hay nada más elevado, más poderoso, más útil que un buen recuerdo de la infancia; el hombre que logra reunir muchos, está salvado para toda la vida. Pero uno solo basta."


He crecido empeñado


Con mi prima Mabel Prendes



Yo fui un niño feliz
y he crecido empeñado
en salvar mi alegría.
He respirado un aura
pueblerino de aromas
de las más bellas flores
que sugieren al alma
vivir enamorado
y he crecido empeñado
en salvar mi alegría.

La fuente de cariño
donde abrevé ternura
me enseñó que el amor
es lo que nos redime
y he crecido empeñado
en salvar mi alegría.

Desperté luego en hombre
conocí la injusticia
que padecen los justos,
supe de la vergûenza,
la maldad, la avaricia
y me dolió ser hombre,
pero seguí empeñado
en salvar mi alegría.

A veces este mundo
del consumo insaciable
me engatuzó en sus luces
y me llevó al camino
de los indiferentes,
pero no se que estrella
me devolvió a la senda
donde los hombres llanos
buscan el horizonte
y aún sigo empecinado
en salvar mi alegría.

Cuando veo a los ricos
multiplicar sus bienes
como se multiplica
el hambre de los pueblos,
me surge la pregunta:
¿Atesoran acaso
un poco de alegría?
¿O es tanta su tristeza
que en el brillo del oro
presumen ver la vida?
Hoy, ya en el ocaso,
por los años andados
espero en mi regazo
el último llamado,
pero mi corazón
lleva en cada latido
la sangre pueblerina
de aquel niño feliz
que vivió empecinado
en salvar su alegría.




años atrás, con amigos: Alberto Diez y Eduardo Prendes
José Luis Sanz (2da. foto)

Con José Marcos y Juan C. Moralejo en Junin

Recuperando estrellas



Vista plaza de Pasteur (cuando las calles eran de tierra)


Yo perdí las estrellas una noche
y conocí otros miedos y otras luces,
me incorporé a la urbe del asombro
en exilio forzado y lagrimeante.
Me alejé de un terruño perfumado,
de silencios quebrados por el viento,
para ingresar a un centro de reparos
sin percibir el aura y el aliento
de mariposas, pájaros y flores.
Hoy transito añorando libertades,
los nuevos compromisos me postergan
ese espacio de soles y de sueños,
esas calles abiertas y arenosas,
esos boliches pobres donde el vino
se hace musa en la sangre solidaria,
esa plaza, que aún guardará mi niño
y esa estación de trenes que me expulsó tan lejos.
Aunque fue largo el tiempo negado a ese paisaje
no ha calmado los vuelos mi ánima campesina,
pues cada noche vuelvo recuperando estrellas
que ya tienen sus nombres y alumbran en los sueños
las viejas alegrías que aún conserva mi pueblo.
Allí están las imágenes pretéritas y dulces:
el guardapolvo blanco de los idilios mudos,
la pelota de trapo sobre los pies descalzos
y una abuela española  que bailaba la jota
en esas romerías de la patria lejana,
de aquella vieja España guardada para siempre.
Aqui estoy añorando con volver a tus calles
y si el tiempo no alcanza para lograr el sueño,
por mi poco de bueno, si recibiera un premio,
merodeará mi alma en aires de tu cielo
junto a un duende travieso que habitará tu suelo.


Pasteur



Desde el febrero aquel, cuando perdí tus calles,
he quedado sin vientos, sin sol y sin estrellas,
sin lunas y sin barro, sin luces de luciérnagas,
lejos del cementerio (cofre de mis amores)
y esquivo a la caricia dulce de mis amantes.
He transitado un tiempo que logró envejecerme
añorando tu cielo, tus montes y tus verdes
y anhelo a cada instante regresar a tus aires.
Sin embargo mantengo intacta la alegría,
en mis nuevos amores vi renacer la calma
y una pleyade amiga, de tu mismo terruño,
suele abrazar las tardes arriando la nostalgia.
He descubierto el verso y en él las ilusiones
con las bellas postales de tu gente sencilla
y asentando mis sueños sobre tus fantasías,
soy niño de un paisaje lleno de maravillas.
Suele encerrarme a veces un autismo absoluto
y en ese soliloquio que intento con las almas,
paseo en los jardines y dejo que una lágrima
humedezca las flores más lindas y más caras
dueñas de los aromas ausentes de la infancia.
Tal vez todos los pueblos tengan su propia magia
y guarden en su historia perfumes de sus auras.
Pasteur es simple y llano, con sabores de alfalfa,
Indeleble y bucólico, eternamente abraza.
No acostumbro mis pasos tan lejos de sus calles,
no imagino mi muerte tan lejos de su enclave.







Hay un lugar en Ituzaingó, que ha logrado reunir a gran parte de los pasteurenses que vivimos fuera del terruño, ese lugar es el CE-RE-PAST, un centro de encuentro donde juntos podemos recordar nuestros amores y nuestras vivencias y compartimos jornadas de fiesta, de cultura y de amistad. El 20 de noviembre de 2011, festejará sus primeros 30 años de existencia.





Cuanto tiempo nos une CE-RE-PAST


El aura pueblerina nos envuelve,
nos lleva en la ilusión a la distancia
donde el canto del gallo en la mañana
dice que asoma el sol en el oriente
a pintar de colores el paisaje
 que prendido llevamos en el alma.
Vamos a recordar en la nostalgia
el verde los árboles y prados,
los maduros trigales excitantes
y en el aliento fresco de los montes
el musical sónido de los pájaros.
Vamos a recordar en la nostalgia
a los viejos amores que hoy no están,
a los que están, pero se fueron lejos:
amigos de la escuela, de los barrios;
las rondas juveniles en las tardes
y una blanca sonrisa de muchacha
insinuando a la cita, en la plaza.
Vamos a recordar en la nostalgia
florecientes veranos de cosechas,
donde el peón aparvaba en el galpón
las bolsas de los granos y los sueños
de poder dar la paga por el fiado,
que el tendero anotaba en la libreta
y...si un peso sobraba, en navidad,
habría lechón y vino, ¡Buen festejo!
Vamos a recorrer en la nostalgia
las cuatro diagonales convergentes
a la central rotonda de la plaza,
donde el pueblo, sobre la blanca helada,
entonaba en el himno su esperanza
y "alta en el cielo" la libertad,
flameaba en la bandera de la patria.
Vamos a recorrer en la nostalgia
toda la arquitectura de este pueblo:
la vieja "Piamontesa" hoy destruida,
la iglesia, el cementerio, nuestras casas,
los boliches, los clubes y sus canchas,
la escuela "veintidos", los almacenes,
las paralelas vías ascendentes
a un puente de alegrías y de amores
donde el mágico tren aparecía
rodando sobre un cielo de emociones.
Y no vale seguir enumerando...
Hoy, aquí volvemos a encontrarnos
unidos en el barro de esta tierra
gracias a Ce.Re.Past. y su bohemia.
Gracias a Ce.Re. Past. siempre estás cerca.
Alcemos nuestra copa por la historia
de este lugar común que nos iguala,
por efecto virtual de la memoria.



Avda. Mitre (años atrás)



Trabajo en la cosecha de trigo(años atrás)



Rocío

  El rocío es el beso sensual de la noche para que las flores despierten en la aurora con el pistilo    abierto hacia el estambre y en su or...