lunes, 3 de junio de 2013

Inseguridad


foto de www.iprofesional.com



La inseguridad es uno de los grandes problemas de los argentinos, según los propios argentinos; pero hay una sola forma de inseguridad que se cuestiona en los grandes medios de comunicación y es aquella que afecta a todas las clases, pero por sobre todas a las clases altas y medias de la sociedad y que se gesta, en gran medida, por la propia conducta de estas mismas clases. Es decir opera hoy como  “boomeranes”, que en algún momento fueron lanzados por las manos de la  avaricia, la usura, la indiferencia, la ostentación, el consumo insaciable y tantas manos más.
Si terminamos con la hipocresía, abolimos estas formas vida egocéntricas, si dejamos de lado la competencia de status sociales y nos hacemos militantes de una verdadera distribución equilibrada de la riqueza,  de sistemas de salud y educación para todos en igualdad de formas, gran parte de la batalla estaría ganada.



Caso contrario si seguimos alimentando un sistema de violencia con aumentos de  empresas de vigilancias privadas sin la capacitación suficiente, sin las tomas de antecedentes y las revisaciones físicas y psicológicas que se deberían requerir a las personas para ocupar estos puestos; si siguen existiendo las armerías que ofrecen los más variados tipos de elementos y municiones para matar; si crecen las empresas comerciales que lucran con todo tipo de productos, mecanismos y sistemas de seguridad; si la vida social se propone en el encierro de un Country, si los guardaespaldas de empresarios, jueces y políticos, son en muchos casos delincuentes impunes,  lejos estamos de mejorar este flagelo.
Asimismo, todos estos negocios vinculados a la seguridad dan lugar a empleos, aportes sociales e impositivos provenientes en definitiva de la inseguridad. Por ello entramos en un callejón sin salida, donde la violencia ejercida sobre la población, es motivo de negocio para otra parte de la población y todo parece poder resolverse con aplicación de políticas represivas.
La solución no es crear más cárceles, matar más ladrones, avasallar los barrios marginales, rotular a los jóvenes por sus caras o color de piel, custodiar la casa con perros agresivos que muchas veces molestan y muerden a los vecinos y a sus propios dueños. La solución está, en la cobertura de las necesidades de los seres humanos y en promocionar una conducta en los hombres y mujeres de la sociedad, basada en los conceptos de la virtud moral.
Con esto sólo, y con políticas de gobierno y del resto de las instituciones sociales sin hipocresías, paulatinamente la inseguridad social en todos sus aspectos irá disminuyendo.
Ahora también debemos preguntarnos hasta que punto estamos dispuestos a modificar nuestras conductas.





Aclaración:

No tomen esta nota, como una defensa al gobierno de turno, sólo intento transitar por la vereda que me impone el pensamiento.  El cuestionamiento debe dirigirse hacia los privilegiados de la sociedad y lógicamente los más responsables para esta solución, son los gobernantes, sus mensajes en muchos casos son contradictorios, hablan de una mejor distribución de la riqueza y vemos en sus propias declaraciones de bienes, que año a año crecen sus patrimonios en guarismos que superan desproporcionadamente los índices conocidos de la inflación, mientras los salarios de los trabajadores no alcanzan a compensar el aumento del costo de vida.
    


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