jueves, 27 de octubre de 2011

MIGUEL HERNÁNDEZ


Semblanza a Miguel Hernández a 110 años de su nacimiento.


“COMPAÑERO DEL ALMA…COMPAÑERO…"


Infancia y Cabras
       a Miguel Hernández

Una almohada de cabras
donde la apoyadura
manifestaba el canto
en las ubres templadas,
era el goce primero
para su piel de niño 
Y un “Perito de Lunas”
 al morir las estrellas
arreaba con ternura
un rebaño de sueños.

Grande era el horizonte
de su infancia cabrera
donde hilvanaba  versos,
el poeta, aún lejano,
de aquella efervescencia
heroica de la guerra.

                                  José Enrique Paredero

Como reconocimiento a Joan Manuel Serrat, es oportuno recordar en esta reseña,  que fue él en Argentina,  en los comienzos de la década de los años setenta, uno de los  grandes difusores  de la  obra de Miguel Hernández, entre los jóvenes de aquella época, al poner música a los versos del poeta de Orihuela y editarlos en su disco larga duración: “Miguel Hernández”. 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      


La poesía no es cuestión de consonantes, es cuestión de corazón.”

                                                                       Miguel Hernández.

Nace en Orihuela, Provincia española de Alicante el 30 de octubre de 1910. Con sólo dos años de educación primaria tiene que dejar de asistir al colegio para dedicarse al cuidado de cabras, por imposición de su padre, como ayuda al sustento familiar. Fue esta la razón por la cual su niñez y adolescencia quedaron ligadas a un paisaje natural,  que resultó ser la fuente de inspiración para su espíritu de poeta. A pesar de esa vivencia que lo predispuso a llevar siempre en alto los valores de la libertad, nunca  se sintió  un niño feliz. Diría más adelante que el había llegado al mundo “bajo el designio de una estrella airada en una turbulencia y mala luna”



“Nunca tuve zapatos
ni trajes, ni palabras:
siempre tuve regatos,
siempre penas y cabras”.

“Me vistió la pobreza
me lamió el cuerpo el río
y del pie a la cabeza
pasto fui de rocío”:

Fragmento de la poesía "Las Abarcas Desiertas"
La rudeza de su padre, que consideraba la afición literaria del niño contraria a las necesidades de la familia, era la causa de ese mal designio. Para impedirle su desarrollo intelectual, muchas veces, utilizaba severos castigos corporales.
Tiempo después, cuando ya era poeta reconocido, Miguel Hernández, atribuía los grandes dolores de cabeza que sufría, a los golpes que le había aplicado su padre cuando niño. Otra prueba de ello lo da el testimonio de su hermano: refiriéndose a Miguel decía:”Leía sobre todo por la noche, cuando todos estábamos acostados, en la habitación que daba al corral. A  veces lo sorprendía mi padre y se levantaba para apagar la luz, entonces sucedían escenas terribles que nos dejaban espantados.”

Y así entre dificultades y castigos, Miguel Hernández nunca dejó de soñar con su poesía. El paisaje era la fuente donde abrevaba realidades y fantasías. El cuidado de las cabras era el contacto de ternura que fue haciendo de él un hombre sensible y comprometido con toda la existencia.
En su época de adolescencia comienza a concurrir a las primeras reuniones literarias y más tarde conocerá a través de los hermanos Fenoll a su querido amigo Ramón Sije, que será un punto de apoyo importante en su trabajo artístico.  Pública sus primeros versos en un semanario local “El Pueblo de Orihuela” y aparece en él la tentación por llevar su poesía a los grandes centros urbanos. El 30 de noviembre de 1931 marchará a Madrid en su primera búsqueda de reconocimiento.
Si bien, tiene que volver a su Orihuela natal derrotado en sus sueños de altura, muchas cosas conocerá Miguel. Una Madrid ferviente de poesía donde se encontraban los poetas que él había conocido a través de los libros y también una Madrid ferviente  de notas republicanas, que sin ninguna duda marcarán un sentido distinto en el pensamiento del nuevo poeta.
Vuelve a Orihuela y vuelve a las tertulias en la panadería de los Fenoll. El 20 de enero de 1933, aparece su primer libro “Perito en Lunas”.


Visita, en ese tiempo, en Murcia la casa de Raimundo de los Reyes y se encuentra allí con Federico García Lorca, que andaba deambulando para llevar a los pueblos, su teatro “La Barraca”. Miguel aprovecha la oportunidad para hacerle leer su libro “Perito en Lunas” y recibe con gran entusiasmo el estímulo del andaluz. Tiempo después Miguel Hernández (por carta) se quejará a García Lorca, de que su libro ha sido indiferente para la crítica y el granadino con palabras de aliento le contestará: “No se merece Perito en Lunas un silencio estúpido, no. Merece la atención y el estímulo de los buenos. Eso lo tienes y lo tendrás porque tienes la sangre de poeta y hasta  cuando en tu carta protestas tienes en medio de cosas brutales (que me gustan) la ternura de tu luminoso y atormentado corazón”.  





SEGUNDO VIAJE A MADRID (marzo de 1934)
La revista “Cruz y Raya” publica el auto sacramental: Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras.
Vuelve a Orihuela y en junio se edita el primer número de la revista El Gallo Crisis que dirige su amigo Ramón Sijé. El 19 de julio, realiza su tercer viaje a Madrid y allí conocerá a Pablo Neruda, quien tiempo después, en su libro “Confieso que he vivido”, esto decía del joven poeta  “Yo lo conocí cuando llegaba en alpargatas y pantalón campesino de pana desde las tierras de Orihuela, donde había sido pastor de cabras y publiqué sus versos en mi revista “El caballo verde”, me entusiasmaba  el destello y el brío de su abundante poesía…”
“Vivía y escribía en mi casa. Mi poesía americana lo impresionó y lo fue cambiando”
“Me contaba cuentos terrestres de animales y pájaros. Era ese escritor salido de la naturaleza como una piedra intacta, con virginidad selvática y arrolladora fuerza vital.
Me narraba cuan impresionante era poner los oídos sobre el vientre de las cabras dormidas. Así se escuchaba el ruido de la leche que llegaba a las ubres, el rumor secreto que nadie ha podido escuchar sino aquel poeta de cabras:”


En 1935 comienza a trabajar en la enciclopedia Los Toros de José María de Cossio, para el editorial Espasa Calpe. En septiembre de ese año conoce al poeta Vicente Aleixandre y después a innumerables personajes de la literatura. El 24 de diciembre, muere repentinamente, su gran amigo Ramón Sijé, para quien escribiría esos hermosos y sentidos tercetos encadenados que denominó “Elegía” y que integran el libro “El Rayo que no Cesa” que fue publicado en enero  de 1936.


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales cera y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Fragmento de la poesía "Elegía" a Ramón Sijé




En esa experiencia con la cultura madrileña, ya comprometida por los hechos que sacudían al país, se va modificando la ideología del poeta y en sus versos se produce un giro hacia el compromiso social y político de la época, que luego reafirmará, en los inicios de la Guerra Civil Española cuando se incorporará  como voluntario al Quinto Regimiento de Milicias Populares, hecho al cual también se refirió Pablo Neruda:  “Los poetas acompañaron al pueblo español en su lucha. Federico ya había sido asesinado. Miguel Hernández, de pastor de cabras se había transformado en verbo militante. Con uniforme de soldado recitaba sus versos en primera línea de fuego”
1937: se casa con Josefina Manresa.”Tienes que comprender que con la guerra que nos han traído no defendemos más que el porvenir de nuestros hijos que tenemos que tener. Yo no quiero que esos hijos nuestros pasen las penalidades, las humillaciones y las privaciones que nosotros hemos pasado, y no solamente nuestros hijos, sino todos los hijos del mundo que vengan”.
Ese mismo año toma parte en el congreso de escritores antifascistas y  nace en Madrid su primer hijo que muere pocos meses después. Se publican Teatro en la Guerra, El labrador de más aire y  Viento del pueblo, el último mencionado lo dedicó a Vicente Aleixandre, libro lleno de entusiasmo militante y con la esperanza del logro de una España libre y democrática.


Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo
y defiendo tu vientre  de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado,
envuelto en un clamor de victoria y guitarras
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.


Es preciso matar para seguir viviendo.
un día iré a la sombra de tu pelo lejano
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.

Fragmento de la poesía "Canción del esposo soldado"

1939: Nace su segundo hijo. Intenta pasar por Huelva a Portugal, pero las autoridades portuguesas lo entregan a la guardia civil.
Se produce en ese año la victoria de Franco y el cese de armas de la guerra civil.
Muere en el exilio Antonio Machado.
Miguel Hernández es trasladado a cárceles de Sevilla y Madrid
La estadía en la cárcel de Madrid es sumamente dolorosa...
Cuenta Pablo Neruda que junto a otros amigos del poeta preso, apelaron al un viejo cardenal francés: Monseñor Baudrillart, que tenía más de 80 años y estaba enteramente ciego. Le hicieron leer fragmentos de la época católica del poeta que iba a ser fusilado y esto dio un resultado sorprendente: el viejo cardenal escribió a Franco unas cuantas líneas conmovedoras.
Miguel Hernández obtiene la libertad. Pide asilo en la embajada de Chile, pero un empleado, encargado de negocios comerciales, Carlos Morla Lynch le niega el asilo. El poeta, con todos los riesgos del caso, decide llegar hasta Orhiuela, permanece allí más tiempo del conveniente y es nuevamente detenido. Y en la cárcel de su propio pueblo es tratado de peor manera aún, que en Madrid. Su hermano no lo visitó ni una sola vez y su padre lo ignoró por completo. Pocos amigos permanecieron fieles. “No me perdonarán nunca los señoritos que haya puesto mi poca, o mi mucha inteligencia, mi poco o mi mucho corazón, desde luego las dos cosas más grandes  que todos ellos juntos, al servicio del pueblo de una manera franca y noble”.---“Ellos preferirían que sea un sinvergüenza. Ni lo han conseguido, ni lo conseguirán. Mi hijo heredará de su padre, no dinero: honra”.

Es trasladado nuevamente a cárcel de Madrid en diciembre de 1939. Ha sido condenado a Muerte. Un grupo de intelectuales falangistas lo visita y le ofrece la libertad a cambio de incorporarse a su movimiento. Rechaza la oferta. “Que mal me conocían”
Tiempo después le conmutan la pena a 30 años de prisión. Lo trasladan a la Prisión de Palencia y días después al Penal de Ocaña. En 1941, cuando su cuerpo está ya muy deteriorado lo trasladan al Reformatorio de Adultos de Alicante.
Su libro “El Hombre Acecha” estaba para su publicación en la Tipografía Moderna de Valencia, pero la edición fue destruida antes de salir, por manos de los franquistas que ocuparon la ciudad. De este libro quedaron dos copias sin encuadernar, rescatada una de ellas por Victor Infantes en 1979 y la otra por José María del Cossio. En este libro ya se nota un Miguel Hernández desanimado por las cárceles, las muertes y los heridos.



Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.

El hambre es el primero de los conocimientos:
Tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.

                                                                      Fragmento de la poesía El Hambre. (El Hombre Acecha)

El 28 de marzo ya era un día de dolor para España, ese día de 1939, la Guerra Civil finalizaba y las fuerzas franquistas tomaron el poder. Tres años después el 28 de marzo de 1942. Moría Miguel Hernández el poeta de la terquedad y la esperanza. Su pensamiento estaba en Josefina: “que desgraciada eres Josefina”
Miguel Hernández, no traicionó a su pueblo, Murió por una España libre, tal como él la deseaba. Miguel Hernández puso su corazón para pintar la realidad del amor y del dolor de una España que se oponía a un destino de cárceles y muertes, y puso también su corazón para que su acción no fuera distinta a su palabra. Miguel Hernández vivió y murió sosteniendo con firmeza que la palabra y la conducta del hombre deben mantenerse, sin apartarse nunca, de los conceptos que impone la virtud moral.

Bibliografía:
Miguel Hernández - Antología poética - Edición José Luis Ferris - Ed. Espasa Calpe S:A.
Miguel Hernández  Destino y Poesía - Elvio Romero - Losada. Bs. As. 1958
Miguel Hernández - Selecciones de la poesía española - Plaza & Jans S.A. España 1984



















2 comentarios:

  1. Creo que un poema que lo define es "Me sobra el corazón"

    Saludos!

    Ah, muy rico el asado!!

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