En el mismo
septiembre
que imaginé tu
flor incultivable,
en el fresco rocío de la noche,
insobornables a las nubes
oscuras,
tus nacarados
pétalos
fueron el
sortilegio de mi boca
y un asombro
sensual para mis manos.
Y ya dispuesto un
sol de enjugados pinceles
a colorear las
horas de nuestro nuevo día
una flor muy
preciada lucía en mi jardín
opacando a los
lirios y azucenas...
En su corola
abierta libaba un picaflor
sediento de
ternura.
Simplemente BELLA!
ResponderEliminarBello poeta!!! Feliz primavera!
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