Papá, debo decirte que te quiero
y noto que se apaga tu mirada
¡cómo quisiera verte con la azada
en ese noble oficio de quintero!
Yo que gocé de tu ademán sincero
y vi mover la tierra en tu palada
hoy regreso pero no encuentro nada
de tus verdes sembrados jornalero.
Hortelano que trabajaste tanto
para obtener el fruto que nos diste,
la tierra ha de ampararte con su manto.
Me quedará tu paz, tu amor, tu encanto
del tiempo que conmigo compartiste
aunque mi corazón
apene en llanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario