miércoles, 29 de abril de 2015

Aromas de Azucena

En homenaje a Azucena Villaflor de Vincenti, en los 38 años de la primera marcha de las Madres de Plaza de Mayo.



Azucena Villaflor - Dibujo de Francisco Lazo Toledo



“…Todos ustedes saben que ahí nos conocimos; algunas en el Ministerio del Interior, algunas en la policía, algunas en la calle, algunas en la desesperación de ir a la cárcel a ver si estaban ahí. Y a la iglesia.”

“Y un día, cuando estando en la iglesia, en la iglesia de los asesinos, en la iglesia Stella Maris, que es la iglesia de la Marina, donde íbamos a ver a Gracelli, Azucena (Villaflor de Vincenti) dijo que ya basta, que no se podía más estar ahí, que ya no conseguíamos nada, que por qué no íbamos a la Plaza y hacíamos una carta para pedir audiencia, y que nos dijeran que había pasado con nuestros hijos.”

“Y así fuimos por primera vez un sábado. Nos dimos cuenta que no nos veía nadie, que no tenía ningún sentido. Era el 30 de abril. Decidimos volver a la otra semana un viernes. Y a la otra semana decidimos ir el jueves.”

“Mucha gente se pregunta por qué habiendo otros organismos las  madres fuimos a la Plaza, y porque nos sentimos tan bien en la Plaza. Y esto es una cosa que la pensamos ahora, no la pensamos ese día, y cuánto más hablo con otra gente que sabe más que nosotros, más nos damos cuenta porque se crearon las Madres. Y nos creamos porque en los otros organismos no nos sentíamos bien cerca;  había siempre un escritorio de por medio, había siempre una cosa más burocrática. Y en la plaza éramos todas iguales. Ese “¿qué te pasó?”, “¿Cómo fue?”.Éramos una igual a la otra; a todas nos habían llevado los hijos, a todas nos pasaba lo mismo, habíamos ido a los mismos lugares. Y era como que no había ningún tipo de diferencia ni ningún tipo de distanciamiento. Por eso es que nos sentíamos bien. Por eso es que la Plaza agrupó. Por eso es que la Plaza consolidó.”

 

                                    Fragmento del libro “Historia de las Madres de Plaza de Mayo” (1988)

 



 


AROMAS DE AZUCENA
"Crecemos como las flores, por decir algo bueno..."
Negrita, Madre de Plaza de Mayo. Diálogo de la película "La Casa Tomada" (1977)
 
 
Fueron tantas las lágrimas perdidas
que han surgido pimpollos de la greda
y en sus pétalos blancos se da cita
una generación de sangre nueva.
Es justa su razón, no se detienen,
esas corolas blancas de azucenas
han formado una ronda con su aroma
cubriendo la hediondez que las rodea.
No tienen jardineros oficiales,
desprecian los canteros ordenados,
no se prestan a las galanterías,
ni a ornamentos de iglesias o de estrados.
Permanente es la savia de sus venas
y aunque sus tallos grietas aparenten
tienen toda la fuerza de la vida,
gozan la libertad y la belleza
y al libar de su néctar las abejas
trasladan el valor a la colmena
para expulsar los zánganos y reinas
por lacayos causantes de sus penas.
Este nuevo dulzor de la conciencia
le dará el justo rol a las obreras:
producirán la miel para su pueblo
y en sus danzantes vuelos hacia el polen,
desde el aire, verán la plaza llena
de aquellas flores blancas que un abril
abrieron con perfume de Azucena.
 
 
 




 



 

1 comentario:

  1. José siempre es un placer leer tu poesía testimonial y justa, gracias por compartir!

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