Soliloquio
Inicié el soliloquio
y fue la voz del alma
quien de pronto me hablaba:
He andado por milenios
en físicos prestados
avanzando en la historia.
Germiné en la semilla
en mi vida primera
para crecer en árbol.
Luego un reptil he sido
cargando los pecados
que jehová hubo ordenado.
Encarné otras especies
más evolucionadas
y andando por el tiempo
transité por los cielos
en la carne de un pájaro
gozando de sus vuelos.
Y ya casi al final
de este ciclo andariego
me ha tocado este cuerpo,
que en esta mansedumbre
de tarde veraniega,
integrado al paisaje
con la flor y el insecto,
el árbol y la brisa,
por mística ilusión
nacida en las entrañas
parece preguntarme:
¿Sí es que lo has sido todo
cuál será el nuevo paso?
¿Eternamente libre
vagarán por los cielos
tus altas sensaciones?
¿O de nuevo el inicio:
volverás a ser tierra
hasta que la semilla
con gracias de la lluvia
te retorne a la vida?
Y muere mi respuesta.
Soy alma de tu cuerpo
de futuro ignorado,
no se cual es mi suerte,
tal vez será la muerte
quien revele el secreto
que la vida ha negado.
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