jueves, 15 de diciembre de 2011

ALBERTO SEGADO








"La marca que deja el teatro es indeleble




A un año de su muerte, recordar a Alberto Segado es recordar un amigo al cual conocí hace muchos años, el 10 de diciembre de 1993, en una marcha por el Día Internacional de los Derechos Humanos y a su vez Marcha de la Resistencia de las  Madres de Plaza de Mayo.

- ¿Por qué estás aquí, en la plaza?- le pregunté esa tarde.

- Es un compromiso con las Madres, es un compromiso conmigo, con mi generación bastante golpeada por lo que pasó y creo que estar aca es una manera de no perder la memoria. Creo que nos hace falta ejercitarla más para que no vuelva a ocurrir, es mi convicción que de la única manera que no vueltan a ocurrir las cosas que ocurrieron, es ésta: recordar.

- ¿Este compromiso lo asumís como gente de teatro? -

- Esto debe ser un compromiso de la gente de teatro, de Uds., del carnicero y el panadero de la esquina, de todos. Lamentablemente deberíamos ser muchos más.-


Alberto Segado integró el elenco estable del Teatro Municipal General San Martín en varias temporadas. En 1967, con dirección de Roberto Conte, debutó como actor en la conocida obra "Antígona". Desde entonces y por mencionar sólo algunas, participó como actor en  "Cyrano de Bergerac" de Edmond Rostand, dirigida por Osvaldo Bonet (1978)  "Juan Gabriel Borkman" de Henrik Ibsen, dirigida por Roberto Durán (1979), "Galileo Galilei" de Bertolt Brecht, dirigida por Rubén Szuchmacher (2000) "Copenhague" de Michael Frayn, dirigida por Carlos Gandolfo (2003).


Obra Galileo Galilei - Teatro Municipal San Martín


En 1971 estrenó en el Teatro Payro "Historia Tendenciosa" de Ricardo Monti, por cuya actuación recibió el premio Talía y también en ese mismo teatro, en 1989 estrenó, "El Señor Galindez", de Eduardo Pavlovsky.
En el Teatro Nacional Cervantes actuó en  "El Relámpago" de Strindberg, dirigida por Augusto Fernandes,  "El Campo" y "Las Siamesas" de G. Gambaro (1986) con las cuales ganó los premios Moliere y María Guerrero, como mejor actor teatral del año. 
En 1988 partició en la ópera Mahagonny de Brech-Waill en el teatro Colón con la dirección de Jaime Kogan.

En Televisión, participó, entre otros, en los ciclos "Compromiso", "Atreverse" y "Situación Limite".

En Cine se destacó en: Plata Dulce, Gracias por el fuego, Asesinato en el Senado de la Nación, Matar al abuelito, Espérame Mucho, Un Muro de silencio, El caso María Sledad, De eso no se habla,  Nunca estuve en Viena, entre otras.

Tambien se desempeño en algún momento de su vida como profesor de teatro y como director.

Alberto Segado en un Bar de Congreso. Lugar que frecuentaba


"Yo podría decir que me inicié en el teatro en Ramos Mejía, fui uno de los que inauguramos la sala de teatro de la Casa de la Cultura. En ese entonces vivía en Haedo (calle Alegría 510) y había estudiado en el Teatro Municipal de Morón."

"Mi primer trabajo profesional  fue en el Instituto Di Tella, que pertenecía a la fundación que llevaba su nombre. Este instituto marcó una época, no sólo en teatro, también en las distintas áreas, era un lugar de vanguardia en los años '60."
"Yo agradezco que se me haya despertado una vocación por el teatro, pero no se por quien, no hay nadie en particular a quien pueda agradecer. He tratado de explicarme porqué y como en todas las cosas de la vida, nunca hay una sola razón."
"El teatro es un fenómeno colectivo, no es solitario, es una manera de estar con los demás. Yo se lo atribuí mucho a eso, a la necesidad - a lo mejor por la edad que tenía - de tener un grupo de pertenencia. Después con los años descubrí algunas otras cosas. Hace poco tiempo, luego de muchos análisis y en alguna crisis mía, descubrí otra posibilidad que no descarta la anterior y que es tal vez el hecho de leer diálogo descarnado de toda narración, esto me dio, por mis características la posibilidad de poder expresarme con palabras de otro. Yo siempre tuve dificultades. por ser muy cerrado, para expresar mis ideas, mis sentimientos. Me costó muchos años poder escribir una composición y si tenía que escribir sobre "La vaca", leía sobre la vaca y luego hacía un refrito de todo lo que leía, pero "la vaca mía" no la sacaba. Además soy de una época que por lo general se estimulaba la copia, en el dibujo, en todo, inclusive había que calcar. Es decir que no se estimulaba la imaginación e indudablemente en mi personalidad había una traba que me costó años romper y el teatro me permitió eso: poder expresarme, porque el hecho de que las palabras me las diera otro me facilitaba las cosas, yo sólo le ponía el alma a esas palabras."

Fragmentos de la entrevista realizada por la revista Conectándonos (1993)



Alberto Segado en Tapa de Revista Conectándonos



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