Hay un
nuevo septiembre…
Me lo indicó esa estrella
que adoptamos un día
como la pitonisa del futuro.
Y lo que fueron sueños
se hicieron realidades:
la flor, que en otra
primavera
imaginaba yo, incultivable,
cuando llegó el otoño
esparció la semilla
y hoy, como su sementera,
ocupa el lugar de más
hermosa
y luce en mi jardín
para que el picaflor siga
gozando
la belleza y dulzura
y en la caricia fresca de
sus alas
embeba de ternura
a los pétalos blancos y
aromados
vigentes del amor.
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