Ilustración: revistaporsermujer.com |
Cuando te miro niña,
extendido en las alas
del pájaro más libre,
recupero la magia del amor.
Te asemejas a un lirio
de pétalos muy blancos
y el nácar de tu cuerpo
me invade con aromas
de pólenes silvestres
distantes de este tiempo
en que mi vida es sueño
predisponiendo el alma
a tomar las imágenes
más dulces del recuerdo.
Cuando te miro, niña,
yo comprendo en tus ojos
todas las fantasías
de los amores nuevos
y en mi mustio epitelio
de calmados anhelos,
hallo las alegrías
en ecos de mis versos.
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