Hoy desperté en el cielo de tus ojos
y el sublime celeste
embelesó los míos.
Habrá otra belleza comparable
para arrobar de mí todo sentido.
Dueña del sortilegio
cuál habrá sido
la génesis filial de tu hermosura.
Por el breve irisado de ese
encuentro,
cautivo de una flor
de tallo con espinas,
aún gozo su color y sus aromas,
mas una picazón que me lastima
me dice de un
encanto irrepetible
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