A las flores más bellas hago
dichosas,
acercándole polen de otros estambres
descubren sensaciones maravillosas,
mas al llevar sus mieles a los
enjambres
me quedan del reparto muy pocas
cosas.
Así paso la vida sobre las flores
y en la obligada carga de cada día
vivo sólo la gracia de sus colores,
aunque todo parece ser alegría
no conozco la dicha de los amores.
No sé de las alturas, vuelo en lo
bajo
y a pesar de que nadie de ello se
asombre
voy dejando la vida con el trabajo,
similar mi castigo es al del hombre
y hay quien nos llama libres ¡qué
desparpajo!
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