A veces siento que me pesa la vida,
no encuentro explicación en defenderla,
veo desde la soledad y las tinieblas
negado el sol,
opaca la alegría.
Pero es tiempo fugaz...
luego mi sangre se renueva
con una sensación que emerge
igual a un árbol que parecía inerte
y da retoño en nueva primavera.
Entonces sí, lucho, creo
y encuentro la verdad en la simpleza
con que crece la rosa y la azucena,
en la labor de la abeja en su colmena
y en el amor del quintero que no deja
su terreno a merced de la maleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario