De los pájaros que habitan los jardines del color
yo conozco al picaflor
por quien las flores palpitan
de su ritual necesitan
para mantener la herencia
y solo ante su presencia
altivas, con entereza,
presumen de su belleza
y dan néctar de su esencia.
Otra ave es el carpintero
presunto trabajador
pero a veces destructor
del árbol y del madero.
Más humilde es el boyero
y su tarea superior,
de oficio madrugador,
con su pequeño saltito,
acompañando al peoncito
le hace amena su labor
De canto más valedero
en tu reino, Creador,
considero al ruiseñor
sin despreciar al jilguero.
Por su fama de agorero
y lo negro del plumaje
que lo viste con un traje
similar al funebrero,
fuiste duro Pajarero
al dar al cuervo ese ultraje.
Con ropaje colorido
Se destaca el cardenal
o el canario, tan banal,
porque ha sido sometido.
Se jerarquiza por nido
el pequeño tejedor
y también el leñador,
que palito por palito,
llega a formar su nidito
donde será criador.
Dicen son depredadores
El aguilucho y carancho,
por su trabajo tan chancho,
comer carroña y roedores,
mas ellos son limpiadores
y al cuerpo que está en el suelo
sin detenerse en el vuelo
primero pican el ojo
y si ven que no hay enojo
comienzan con el revuelo.
Sólo por enumerar
hago presente al mixtito
al chingolo y al chorlito
y quedan un centenar.
Oportuno es mencionar
por simples al corbatita,
la calandria y la viudita;
al tero por revoltoso,
al chajá, algo piojoso
y a la dulce torcasita.
Cuántos pájaros nombré
que pueblan con hermosura
esta arbolada llanura
que de niño yo habité.
Mis décimas concluiré
nombrando al que más prefiero,
artesano y alfarero,
humilde y trabajador,
al que por noble labor
lo llamamos el hornero.
En tu obra Creador
lo privaste de gran vuelo
pero vive en este suelo
que para mí es el mejor,
no ostenta de ser cantor
ni su plumaje es vistoso,
tuvo el destino virtuoso
de ser un gran constructor
que del barro y con amor
hace un nido prodigioso.
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