Yo puedo verte Cuba en la pobreza
cargada en
las espaldas de tus hombres
y puedo
verte Cuba en la cadencia
del
llamativo andar de tus mujeres.
Yo puedo
verte Cuba en la sonrisa
de blancas
dentaduras en tus niños
y en la
morena tez hallo el afecto
por la
marcada arruga de tus viejos.
Yo puedo
ver tus faltas que cuantiosas
sobre tu
dignidad no han carcomido
y la
debilidad que siendo grande
no
supera el valor de tu porfía.
Y todo
ese valor a la existencia
es llama
de ilusión en mi retina,
lo que
no puedo ver valora mi alma
gracias
a tu aferrada resistencia:
No puedo
verte Cuba en la incultura,
en el
hambre infantil, en la indecencia,
en la
mediocridad de la ignorancia
y en el
tonto consumo esclavizante.
Tal vez,
pobres mis versos como aliento,
pero es
mi humilde forma de decirte
¡Qué
sólo en ti hoy vive la esperanza!
tiene los
ojos puestos en tu lucha.
Serás
como una aurora libertaria
y la
explotada clase del trabajo
llevará
entre sus brazos y en su mente
el rumbo
de una historia postergada,
una
historia más digna, donde el hombre
no
tendrá que esperar de los milagros
y tu
revolución será el ejemplo
y el
mundo será un mundo solidario.
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