Cada treinta segundos
muere una mariposa.
Cada treinta segundos
se marchita una rosa
y hay una nueva espina
que punza nuestras almas.
Cada treinta segundos
hay una afrenta al hombre:
llaga de su impotencia,
muestra de su avaricia,
dolor de su presencia,
señal de su desgano.
Cada treinta segundos
niega dios los reclamos
que ignoran los gobiernos.
Cada treinta segundos
Sin ruidos de sirena
Avanza el exterminio.
Cada treinta segundos,
del sistema olvidado,
hay un pobre que llora
porque ha muerto su niño.
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