a Mario Ibeas
La Vieja locomotora
que funcionaba a vapor
había perdido valor
de lo que fuera en otrora
y recuerdo en ese ahora
cual fantasía de un mago
la algarabía en mi pago,
la estación fue una hormiguera.
A la nueva “Petitera”
le mostraban gran halago.
Más tarde aquello pasó
sólo quedó la añoranza
y aquel tiempo de esperanza
de un sueño que fracasó
a los pueblos los privó
de aquel progreso soñado
y todo quedó olvidado
por intereses mayores
dejando a sus pobladores
en un andén desolado.
En Pasteur mi amigo insiste,
con cierta melancolía
me muestra como la vía
al olvido se resiste,
su línea férrea reviste
insinuando a estos dos viejos
volver al tiempo, allá lejos
de los dos equilibristas.
Más, se nublan nuestras vistas
y nos miramos perplejos.
Y su acero resistente
entre los yuyos perdido
no acepta ir al olvido
sueña con otro presente
quiere su tren nuevamente
rodando en su resistencia
y un andén con la presencia
de múltiples pasajeros
y vagones cerealeros
de nuestra tierra la esencia
Y vuelve así la ilusión
reviviendo los momentos
en que dos niños contentos
redoblaban la emoción.
Reunidos en la estación
a la hora de la siesta,
el andén era una fiesta,
juegos con la carretilla ,
rodando en la carbonilla,
ejes chirriando en la gesta.
Entonces nuestra ilusión
va cerrando su postigo
y nos deja sin abrigo
amenguando la emoción
mostrando en esta ocasión
como un encanto perdido
con el tiempo y el olvido
nos deja sin alegría
y quedamos en la vía
con el corazón dolido
Bellisimo...Los pueblos que se resisten en dejar atrás lo que en un momento fue #elgranprogreso...el ferrocarril...
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