Pronto la flor dio aroma
y su blancura
transmutó luego en fruto
y hoy presagia
la estación del color y la dulzura.
Yo paciente aún espero ilusionado
ese beso rojizo de su drupa,
y en mis labios la
miel y la ternura
alimento de amor para mis sueños.
Tal vez después calmada
mi locura
el agridulce zumo de frambuesa
me volverá a la flor con su hermosura
Y en el goce sensual de su pistilo
cediendo al colibrí su dulce néctar
revivirá ese ciclo del amor
que gestará de nuevo la esperanza.
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